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Walter Sdnchez
G.
I
LAS TENDENCIAS SOBRESALIENTES DE LA POLÍTICA EXTERIOR•••
decenios. El subproducto de este cambio en
el
orden social interno
y en la distribución del poder político en Chile, ha sido acompañado
de numerosas innovaciones diplomáticas. En general, estas innovacio–
nes son menos dramáticas de lo que a primera vista parecen, por
cuanÓ()
a.
veces mientras más cambia un país o
el
mundo, menos cam–
bia su diplomacia y su postura internacional.
Afirmar la continuidad y la tradición de nuestra política exterior
no significa desconocer su capa:cidad de innovación creadora, sino más
bien queremos demostrar que Chile ha sida capaz de conciliar los
aportes de la tradición con los constantes esfuerzos por hacer inno–
vaciones, a veces, bastante exito&as y visionarias.
Las tenrlencias políticas que aparecen como más evidentes en la
trayectoria de nuestras relaciones internacionales son:
1.-
El Americanismo;
2.-
El Nacionalismo Político,'
3.- El Legalismo
y
la búsqueda de un sistema internacional demo–
crático;
4.-
El Alineamiento
y
autonomía de Chile en la guerra fría
y
la dis–
tensión.
En forma panorámica o ex:ploratoria examinaremos roda una de
estas tendencias, q.ue a nuestro juidol atraviesan los regímenes que
han existido en Chile en los últimos
150
años y a la luz de éstas es
posible detoctar las perspectivas diplomáticas de Chile en el futuro.
COTh esta matriz analítica se puede evitar el debate tan complejo
sobre supuestas 'etapas o fases del desarrollo :fiistórico de nuestras re–
laciones internacionales, aunque existan momentos de un mayor ame–
ricanismo y otros con claro contenido nacionalista.
Si se iban producido discontinuidades en la tr¡a¡yectoria internacio–
nal de Chile, ellas no se explican por una ley evolutiva ni han sido
tan drásticas como para hacernos ¡renegar de nuestro pasado ni tan
superficiales como para desconocer su verdadera impolitanda. La me–
moria política de
1m
nación no acepta un determinismo histórico,
sino qUle se va agudizando a través de los di¡ferentes g.obiernos y gestas
políticas. Por cierto que las reminlÍscencias de un pasado glorioso se
convierten a veces en un auténti()o orgullo nadonal. Sin embargo, le–
jos de conducir al país hacia un chovinismo obsoleto, estas gestas
pasadas y 'etapas superaoo1s' in'V1tan a una auténtica vocación de so–
briedad nacional, para acrecentar la solidaridad conl los demás países
de la ,región y del mundo. Incluso más, el hecho de destacar llOs as–
peatos posití'vos de estas creencias que forman la oultwra cívica inter–
nacional del país, debe s-ervir para agudizar la capacidad de autocrítica
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