Página 592 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional
Versión de HTML Básico
582
DERECHO
INTERNACIONAL
con
la sola
inexplicable
excepcin
del
encargado
de
negocios
de
Venezuela
en
Madrid
(de
quien
sabemos
por
otro
conducto
que tenia
conexiones
de
amistad
i
confianza
con
el
caudillo de
los
expedicionarios).
I
en
fin,
no se
dudaba que las fuerzas
reu
nidas deban
dirijirse
al
Pacfico.
Por
el
estatuto
britnico de
alistamientos
extranjeros^
competa
a
los
jefes
de
las aduanas
impedir
la
salida
de
buques
armados
i
a
los
jueces
de paz
los
enganchamientos;
pero
la
piro-
videncia decisiva
debia
ser
la
que por
el
almirantazgo
se
expi
diese
a
los
comandantes
de
bucpues
de
guerra
para detener el
armamento
en
alta
mar.
Si los
pasos dados
por los
ajentes
americanos
han
recabado al
fin la
accin
de las
autoridades
civiles
i
del
gabinete,
se
habr
cortado
el mal
en sus
principios;
pero todava
no
tenemos
mas
que
esperanzas de
este
feliz
re
sultado,
i
celebraramos
ver
bastante fundamento
para
acojer-
las
con
entera
confianza.
Si saliesen
frustradas,
sera necesario
convencernos
de
cpue
tenemos
enemigos
mucho
mas
poderosos
que
Flores,
i
de
que
va a
principiiar
de
nuevo
para
nosotros
la
lid
gloriosa
de la
indepiendencia.
Despus
de
escrito
lo que
precede,
leemos
en
un
artculo
de
El
Mercurio
de
hoi,
que
El
Comercio
del
Plata
de
19
de
enero
copia
de
El Heraldo
de Madrid la
siguiente
carta,
escri
ta
al ltimo
por
su
corresjionsal
de
Londres.
<
Londres,
21
de
noviembre.
El
gobierno
ingles
acaba
de
embargar
la
fragata
mercante
Gleneigh
i
los
vapores Monarca
i
Neptuno,
que
formaban
parte
ele la
escuadrilla
que
deba
tras
portar
al
Ecuador
el
ejrcito
del
jeneral
Flores. Hzose
el
em
bargo
en
virtud
de
una
acta
del
parlamento
que
prohibe
el
equipo
i
alistamiento de
tropas
sin
conocimiento del
gobierno:
a
bordo
del
Gleneigh
habia
doscientos
cincuenta
hombres
ar
mados,
circunstancia
que parece
que
har
condenar
esos
tres
buques.
VIII
La
expedicin
de Flores
parece
acercarse
a su
desenlace;
no
exi
las
mrjenos
del
Guayas,
o
del
Rimac,
donde
la
aguardaba
