Jacques Rousseau y de la experiencia
del creador de escuelas normales el ar-
gentino Domingo Faustino Sarmien-
to, además de otros pedagogos de la
época como Ovideo Decroly, John
Dewey y Johann Heinrich Peztalozzi,
“quienes formaron lo que se conoce
como ‘pedagogía activa’ o ‘pedagogía
de la acción’, centrada en el niño y en
la experimentación de éste en el mun-
do como una forma “natural” de ense-
ñanza-aprendizaje”.
-Con osadía y sin dogmas, Mistral ali-
mentó una rede!nición de educación
pública en que primara la diversidad
cultural, de ideas y pensamientos, con
el protagonismo de los sujetos que la
constituyen, superando las profundas
desigualdades sociales que arrecian
nuestra educación y sociedad- dice
Leonora Reyes.
A casi sesenta años de su muerte, con
el modelo educacional en crisis y una
discutida reforma en curso, el actual
se levanta como un momento más que
propicio para rescatar el legado educa-
cional de la Mistral en sombras y ha-
cerlo entrar en valor.
-La tarea hoy desde el punto de vista
educacional es reconstituir sujetos plenos
que sean capaces de mirar el mundo que
tienen alrededor, de entenderlo y de ac-
tuar críticamente.Ahora se está abriendo
un espacio para que reaparezca Mistral,
para que reaparezca Neruda, para que
reaparezcan las grandes !guras del pen-
samiento chileno- dice Grínor Rojo.
“Gabriela Mistral dice sobre la educa-
ción que ‘es el alma y espíritu del pue-
blo’ y que tú cuando tienes un pueblo
educado, éste va a estar a la altura de la
democracia, a la altura de la discusión,
a la altura de hacer valer sus derechos.
Por lo mismo, la labor de los profeso-
res está en contribuir al alma, al espíri-
tu de la ciudadanía, es decir, es un rol
casi político. Si lo vemos de ese punto
de vista, las ideas de la Mistral tienen
plena vigencia dentro de la reforma:
hay que reposicionar a los profesores,
darles una nueva validez a la educa-
ción, revalorarla desde el sentido de la
identidad, lo que nos conforma como
sociedad”, dice Diego del Pozo.
Por último, Grínor Rojo asegura que
lo que hay que hacer en educación en
Chile es lo que pedía José Martí, uno
de los grandes héroes de la poetisa.
“Pensarnos a nosotros mismos, pensar
qué nos hace falta en educación. No se
trata de pescar el modelo tal o el mo-
delo cual que usan los europeos o los
norteamericanos. De lo que se trata es
de ver lo que nos hace falta a nosotros
y por lo tanto lo que hay que recuperar
los educadores chilenos que han sido
capaces de repensar la realidad nacio-
nal, como Amanda Labarca, Olga Po-
blete, Gabriela Mistral”.
los bajos salarios de los profesores y sus
críticas al Estado docente.
“Me parece a mí calamidad el Estado
Docente, especie de
trust
para la ma-
nufactura unánime de las conciencias.
Algún día los gobiernos no harán sino
dar recursos a las instituciones y los
particulares que prueben abundante-
mente su e!cacia en la educación de
los grupos. (…) escuelas con ideales,
mi amigo, con el suyo una, con el mío
otra, organismos netos con rumbo
confesado, socialista o capitalista, sin
caretas”, escribía a su amigo Julio Bar-
cos, pensador y educador argentino a
principios del siglo pasado.
EL LEGADO MISTRALIANO
Las ideas educativas de Gabriela Mis-
tral, explica Fabio Moraga, provenían
de sus lecturas de Rabindranath Ta-
gore y León Tolstoi, “dos intelectuales
más conocidos como escritores y ar-
tistas que como educadores”, quienes
en distintos momentos habían fun-
dado escuelas experimentales en sus
propiedades feudales donde practica-
ban la igualdad social y la no discrimi-
nación; hacían clases al aire libre, ela-
boraban sus propios textos de estudio
y aplicaban sus propias técnicas pe-
dagógicas. En el bagaje cultural mis-
traliano, continúa el investigador de
la UNAM, también habrían funda-
mentos del intelectual ilustrado Jean
Muy avanzada para su época, Mistral en esos años ya
planteaba su abierta objeción por los bajos salarios de los
profesores y sus críticas al Estado docente.
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Nº 7 mayo 2015 / El Paracaídas