El Paracaidas - N°3 2014 - page 35

MUCHA BUROCRACIA Y POCA SALUD
Cuánto cuesta ser
FUNCIONARIO PÚBLICO
“Tener salud compatible con el desempeño del cargo” es uno de los requisitos que pone la ley para
quienes deseen ingresar como funcionarios al sistema público. El problema es la nula definición de lo
que esto significa, lo diferente que es el proceso de evaluación según el lugar donde éste se efectúe
y lo disímil que resulta para hombres y mujeres. Un trámite que funciona al lote y que data de 1938.
Por Francisca Palma A. / Ilustración: Leo Ríos
E
gresó de su carrera, postuló al cargo disponible y
quedó seleccionada. Así Marilyn iniciaba su proce-
so como funcionaria de la Universidad de Chile bajo
convenio de honorarios. Aunque muchos integrantes
de la institución permanecen por años bajo ese régimen de
trabajo, tras doce meses de labores Marilyn dio el gran salto,
cuando fue notificada de su paso a contrata.
Marilyn inició los trámites con el jefe de personal de su uni-
dad, quien le solicitó una serie de documentos. Certificado
de nacimiento, de afiliación a isapre y a AFP, de anteceden-
tes, foto carnet. Sin embargo, el más engorroso de todos re-
sultó ser un certificado del servicio de salud que indicara, tal
como lo requiere el Artículo 12 inciso C del Estatuto Admi-
nistrativo, que al momento del ingreso el o la postulante po-
sea “salud compatible con el desempeño del cargo”. Una de-
finición vaga de lo que Marilyn estaba por experimentar en
un largo camino que comenzó en la repartición poniente de
la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez, Compin,
organismo dependiente de las diferentes Seremis de Salud.
Marilyn llegó hasta el Compin con un papel que le entregó
la Universidad acreditando que iniciaba su proceso de con-
tratación. Ahí tuvo que pedir hora para que la atendieran.
-Es muy lento. Me dieron una para dos meses después. Pero
por insistencia, porque no iba a alcanzar a ser contratada en
la fecha que tenía estipulada, me metieron en una hora entre
medio- recuerda.
En este punto la historia se vuelve más complicada, ya que
para acreditar “la salud compatible” el Compin solicita una
serie de exámenes médicos. El problema es que los exámenes
solicitados son diferentes según el Compin donde se acuda,
y, como han denunciado quienes han vivido este proceso, en
algunos casos quedan a disposición y discrecionalidad del
médico de turno.
En el caso del Compin poniente -al que están adscritos los
Servicios Centrales de la Universidad de Chile- los exáme-
nes solicitados bordean el absurdo: para las mujeres meno-
res de 40 años, una radiografía de tórax que determinará la
presencia de tuberculosis, el VDRL para detectar la sífilis
y el papanicolau para conocer si la paciente tiene cáncer;
en el caso de las mayores de esa edad se suman glicemia
basal, creatinina, perfil lipídico, orina completa y electro-
cardiograma. Para los hombres son los mismos exámenes, a
excepción del papanicolau, y a los de 40 años se les suma el
antígeno prostático.
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Nº 3 noviembre 2014 / El Paracaídas
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