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Quizás una pequeña parábola puede servir para situar el debate
20
. Hay
dos peces muy jóvenes nadando en el océano, cuando se topan con un
pez yamayor. El anciano los saluda amablemente, diciendo "Buenos días
chicos, ¿cómo está el agua?". Los dos amigos continúan nadando en si-
lencio durante un rato, hasta que uno de ellos se atreve a preguntarle a su
amigo, "¿Qué demonios es agua?".
Notas
1
Uso etnología aquí como sinónimo de antropología, por estimar que en el texto de
Derrida ambos conceptos son homologables.
2
Santos Herceg, José,
De la diferencia y de la jerarquía. Reflexiones interculturales
,
texto inédito.
3
Como explica Rumble, puede que para Maine, Runjeeth Singh efectivamente tenía
el poder para cambiar las reglas inmemoriales bajo las cuales vivían sus súbditos, si
es que hubiese querido -y hasta este punto, la "teoría" de Austin seguía siendo, en
principio, verdadera-. Pero como el gobernante déspota de Punjab jamás pensó en
usar su poder para cambiar las reglas consuetudinarias, la idea de que estas reglas
eran sus "órdenes tácitas" era absurda y sin ningún valor práctico (Rumble, 2005:
150).
4
"Despite his emphasis on empiricism, and the importance of drawing evidence
from different cultures, Maine had not assimilated the Darwinian concept of
evolutionary change as variation in the distribution of characteristics within
populations. Maine still thought in terms of the iron laws of the machine, or the
inflexible stages of development in embryology, which were the model for Herbert
Spencer’s theory of evolution, not Darwin’s" (Elliot, 1985: 45 y 46).
5
Esto lo sugirió en su polémica con L. H. Morgan y J. F. McLennan. Estos sostenían
que el proceso normal por el que había pasado la sociedad no era patriarcal sino
matriarcal: se originó no en la familia sino en hordas promiscuas entre las cuales el
único hecho cierto, la única base reconocible de la relación era la maternidad. Maine
aceptó que ello se podía haber dado en algunos casos, pero la organización patriarcal
era la tesis más plausible para las sociedades indoeuropeas, que eran aquellas a las
cuales él había circunscrito su estudio (cfr. Maine, 1883: 192 y ss.).Al mismo tiempo,
y de forma paradójica, criticó su idea del evolucionismo "So far as I am aware, there
is nothing in the recorded history of society to justify the belief that, during that
vast chapter of its growth which is wholly unwritten, the same transformations of