DERECHO
INTERNACIONAL
los
temores
que asaltan
a
los
amigos
de
la
libertad.
Creemos,
con
todo,
que las
probabilidades
favorales
pre
ponderan.
La
crisis
actual
est
mejor
preparada
bajo
todos
aspectos,
que
la
de
1790.
Los desrdenes
de la
re
volucin
precedente
han
dejado
impresiones
profundas;
la
experiencia
de la
jeneracion
pasada
no
ser
perdida
piara
la
presente.
La
Francia
se
halla
con
poderosos
me
dios de
resistencia,
defiende
bienes
cuyo
precio
conoce,
i tiene
tambin
agravios
que
vengar. Sustenta
una causa
que
es
la de todos
los
pueblos;
i
es
auxiliada
en
ella
pior
la
tendencia
necesaria
de la
civilizacin
europea,
que,
a
piesar de
oscilaciones
momentneas,
camina
progresi
vamente
a
la
perfeccin
del
sistema
social,
esto
es,
al
orden
asociado
con
la
libertad.
ce
Volvamos
ahora
los
ojos
a
las
otras
grandes
potencias
de
Europa
ligadas
con
estipulaciones
solemnes
contra
todo lo cpue
pudiese
turbar
el
orden establecido
en
Fran
cia.
Todos saben cpue la
Rusia,
la
Inglaterra,
el Austria
i
la Prusia
se
han
comprometido,
por
los tratados
de
Viena
i
Pars,
a
mantener contra
toda
especie
de
ata
que el
sistema
poltico
que habian
establecido
en
Euro-
pia;
i
que
en
el
segundo
de
ellos,
-previendo
el
caso
de
cpue
los
mismos
principios
revolucionarios que habian
servido
de apoyo
a
la
criminal
usurpacin
de
Bonaparte,
se
reprodujesen
bajo
oirs
formas
para destrozar la
Francia
i
causar
turbaciones
en
los
otros
estados,
se
obligaron
a
velar
con
la
mayor
solicitud
i
cuidado
en
la
tranquilidad
i
bienestar
ele
sus
pueblos,
i
se
emjiearon,
piara
en caso
de
estallar
otro
acontecimiento
semejante,
a
concertar
entre
s
i
con
el
rei
de
Francia,
las
medidas
necesarias
para
la
seguridad
de
sus
respectivos
pases
i
para el
reposo
jeneral
de
Europa.
-Resucitar,
pues,
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