Página 579 - Obras completas de don Andrés Bello: Volumen X : Derecho internacional

EXPEDICIN DI!L JENERAL FLORES 560
toda la hez de las revoluciones, rechazada pior la sociedad euro-
jiea; elementos que all rebosan; ardorosos partidarios de toda
causa que les muestre a lo lejos un pas que devorar. De esta
clase de hombres, se compone la expedicin de Flores. La co
mitiva de hambrientos flamencos que llev a Espaa el empera
dor Carlos V, no sera mas que una imjen descolorida de la
corte del ex-piresiclente restaurado, o del nuevo monarca sur-
americano. Los j c! fes i oficiales de la expedicin, reforzados
sucesivamente por nuevas remesas de Europa, formarian la
clase privilejiada sobre cpue se derramaran los honores, los
empleos lucrativos, las recompensas de todo jnero, si seme
jante orden de cosas pudiese tomar consistencia. Pero la
invasin sola, aunque seguida, como lo esperamos, de un pron
to escarmiento, va a ser una causa lamentable de atraso. Es
inconcebible que los gobiernos europeos, ya cpue no por moti
vos ele humanidad, pior los del nteres material de sus pueblos,
no miren con indignacin un atentado, cuyo amago solo no
podr menos ele acarrear consecuencias fatales a la prospicridad
ele estos pases i a su pirojiio comercio.
Entretanto el objeto verdadero de la expedicin i su rumbo
piermanecen envueltos en la misma oscuridad cjue antes. Los
buques armados en guerra estn destinados sin duda al Pac
fico. Pero, en la Espaa misma, se habla de las costas de Vene
zuela i la Nueva Granada para el desembarco de las tropas. I
si las Canarias han sido efectivamente, como se asegura, el
punto de reunin, qu prueba mas clara ele la complicidad
del gobierno esjiaol? Puede imajinarse que sea todo esto con
el solo objeto de restaurar al jeneral Flores en la presidencia
del Ecuador? n la Pennsula misma, se indica ya la monar
qua pieruana.
A los particulares de cjue hemos dado noticia al pmblieo en
nuestros nmeros anteriores i a los epue constan de los docu
mentos que hoi pmblicamos, tenemos poco cpue aadir.
Un testigo de vista que ha visitado los depsitos ele tropas i
armas destinadas a la expedicin, presenta el resultado siguien
te, en 12 de ectubre de 1846: