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del objeto se condice perfectamente con la política y el poder que han tenido en

este espacio de tiempo las ideologías, la propaganda, la publicidad y los medios

de comunicación.

La dimensión política del Cuento en cuestión es sobre todo la que está subraya-

da en la versión española del “Conde de Lucanor” (Cuento – o Ejemplo – XXXII)

de Juan Manuel.

2

El relato es prácticamente el mismo que el de Andersen, sólo

que aquí la diferencia está en que

el que no ve la tela no es hijo de su padre

(lo

cual naturalmente podía afectar severamente cuestiones de sucesión, primoge-

nitura y herencia), sucediendo en este caso más encima que si el Rey no ve la

tela, habrá que suponer que perderá el trono. Entonces es un sencillo palafrene-

ro (que por su inferior rango social no tiene nada que perder al decir la verdad)

el que le dice directamente al rey que está desnudo. En la versión española, ante

la negativa del rey a aceptar la verdad de las palabras del palafrenero, el espar-

cimiento de ellas entre la gente, es lo que doblega su obstinación. El Rey recibe

así una lección moral. Ello está con concordancia con el espíritu de los cuentos

del “Conde de Lucanor”. En el “Anteprólogo” leemos:

“Este libro fizo don Johan, fijo del muy noble infante don Manuel,

deseando que los omnes fiziessen en este mundo tales obras que les

fuessen aprovechosas de las onras et de las faziendas et de sus estados,

et fuessen más allegados a la carrera porque pudiessen salvar las almas. Et

puso en él los enxiemplos más aprovechosos que él sopo de las cosas que

acaesçieron, porque los omnes puedan fazer esto que dicho es. Et sería

maravilla si de cualquier cosa que acaezca a cualquier omne, non fallare

en este libro su semejança que acaesçió a otro” (ibidem).

La versión de Andersen, en cambio, viene a ser más representativa de la moder-

nidad, ya que el relato lo hace culminar con el empecinamiento del Emperador a

hacer caso omiso de las carcajadas de la gente y continuar como si nada con su

corte y toda la parafernalia.

Sea como fuere, con el final de Andersen o de Juan Manuel, la verdad de los

hechos, fenómenos, acontecimientos, ontológicamente encubierta por las con-

diciones mismas del conocimiento, o mañosamente encubierta por la manipula-

ción política, a cada rato hace ademanes de imponerse rompiendo aquello que

Karl Jaspers describe y analiza como

Gehäuse

, el ‘cascarón’ en que se encuentra

alojada cada

Weltanschauung

, ‘concepción de mundo’ o ‘cosmovisión’.

2

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/lucanor/22.htm