Pero a pesar de que el futuro canal chileno debe evaluar aspectos de experiencias
extranjeras, su misión es tener presente la realidad chilena y sus propios desafíos.
Es por esto que en
Palabra Pública
decidimos explorar los deseos de diferentes
actores que se mueven en la realización, la academia y la fiscalización de conteni-
dos televisivos, tres áreas clave para este debate.
“La ciudadanía merece tener su
propio espacio en la televisión”
Antonio Carrillo (27) iba en quinto año de Periodismo en la Universidad de Chile
cuando con cuatro compañeros presentaron una propuesta de programa de tele-
visión en Canal 13C (emitido por cable). Había sido un proyecto de un ramo y
ante su sorpresa fue aceptado. Debieron grabar un piloto, conseguir auspiciadores
y armar una temporada de ocho capítulos mientras terminaban sus ramos en la
Universidad. La Bicicleta se estrenó el día previo a su ceremonia de egreso. Luego
vendrían dos temporadas más, nuevos auspiciadores, un equipo más grande y
un Fondart.
Ahora Carrillo tiene una productora y trabaja en el Centro Cultural La
Perrera haciendo, precisamente, contenidos audiovisuales culturales. “La
televisión cultural tiene que estar al servicio de los ciudadanos, de lo públi-
co, y debe estar totalmente relacionada con lo educacional, con lo artístico,
con lo identitario. Debe hablar de nuestra sociedad, de nuestra geografía, de
nuestras costumbres; y estar al servicio de nosotros mismos”, afirma.
No concibe la idea de una televisión cultural regida por el mercado o por el
rating
.
Cree que la mayor parte de lo que hoy es entendido como cultural no lo es, ya que
no se educa en televisión. Antonio Carrillo cree que el nuevo canal debería ser un
espacio para innovar, transgredir, crear y reinventar la televisión como se conoce
hasta hoy, cruzando las fronteras de las diferentes plataformas que existen. Y que
precisamente por eso se le debería dar un espacio a las universidades y a los jóvenes
en la programación, ya que son los mejores exponentes de un “espíritu transgresor
necesario para una televisión pública que sea vanguardista, progresista, moderna, de
nuevos lenguajes”.
“El acceso de todos los chilenos
al canal es fundamental”
“Debe contener una propuesta que permita integración cultural, difusión cultural,
profundizar en aquellas temáticas que tienen que ver con la identidad, con la memo-
ria, con el patrimonio”, parte enumerando Carlos Saavedra al pensar cómo debería
ser una televisión cultural.
El periodista, documentalista y académico de la carrera de Cine y Televisión
de la Universidad de Chile cree que una nueva plataforma como la que se
está planteando debería apostar fuertemente por una búsqueda de estrategias
comunicacionales que irrumpan y pongan en tensión los formatos actuales.
Saavedra tiene vasta experiencia en televisión: desde la productora Sur Imagen
ha co-dirigido las series de televisión Frutos del país y Pueblos originarios, y ha
participado en otras como Al Sur del Mundo. A raíz de esa experiencia destaca
la importancia de incorporar otras voces y relatos en el nuevo canal, y enfatiza
que éste debería ser financiado por el Estado, el que también se debería preocu-
par de que todos los ciudadanos tengan acceso a la señal. “No como TVN, que
supuestamente era nacional y nunca logró llegar a todas partes”, recuerda.
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P.P. / Nº2 2016