Venta del Banco Pan de Azúcar en Uruguay: un caso de corrupción en las altas esferas / Martín Prats / pp. 65-81
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El hecho de demandar a Banknord y los cinco bancos italianos equivaldría, entonces, a un reco-
nocimiento por parte del Estado de la responsabilidad de éstos en los hechos y probaría que Braga
habría actuado correctamente al avalar una negociación basada en que ella estaba garantida por
entidades que podían responder a sus compromisos.
En la demanda civil se reclamó el pago de 50 millones de dólares
43
. El 21 de agosto del 2002, este
juicio culminó con una transacción por la suma de cinco millones de dólares que Banknord y sus
accionistas se comprometieron a pagar por concepto de indemnización de perjuicios causados
por la rescisión de la compraventa del BPA.
Esta transacción también fue utilizada por los defensores de Braga como una prueba más de su
inocencia. En el 2006, el senador nacionalista Gustavo Penadés señaló: “
[
u
]
na vez más debemos
preguntarnos: Si el Cr. Enrique Braga fue a la cárcel porque para el Dr. Balcaldi los bancos italianos
no fueron los compradores del BPA, ¿por qué dichos bancos indemnizan al Estado uruguayo por
esa compra? No cabe ninguna duda: no existían como compradores sólo en el ánimo de Balcaldi,
para así procesar y condenar a Braga”
44
.
Más tarde, sobre la base de estas acusaciones, el Partido Nacional negó en el año 2005 en el Senado
la venia a Balcaldi para ser nombrado Ministro de un Tribunal de Apelaciones, argumentando
que no reunía “los atributos de competencia profesional, ponderación, prudencia y sentido de la
justicia”
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,
claramente influidos por su participación en el juicio que le tocó llevar.
El 3 de julio del 2003 el herrerismo presentó un libro sobre aquellos episodios, donde se critica
duramente la actuación del fiscal Hugo Barrios y el Juez José Balcaldi.
Ante estas acusaciones, tanto Balcaldi como Barrios respondieron en la prensa reafirmando la
culpabilidad de Enrique Braga, señalando que “este juicio tiene un procesamiento y una conde-
na confirmados por un Tribunal de Apelaciones y una casación votada por cinco ministros de la
Suprema Corte de Justicia”.
Barrios recordó que los bancos italianos no podían comprar el BPA porque integraban una fidu-
ciaria y éstas –según la ley italiana– no pueden adquirir instituciones financieras.
La razón del procesamiento y la posterior condena, según el Juez, fue el haber desatendido la
principal competencia del Banco Central que es, en materia de ingreso a la plaza financiera,
asegurar la solvencia, respaldo y compromiso de las entidades que lo hacen.
En definitiva, el sector político de Braga sigue sosteniendo hasta hoy su inocencia y ya fallecido,
lo homenajea cada aniversario de su deceso, reivindicándolo por su honestidad y por haber sido
víctima de una “persecución política” donde se lo utilizó como medio para perjudicar a Lacalle
y su sector político.
7. Reflexiones sobre el caso
Hoy, a más de diez años de los hechos que iniciaron este proceso y a cinco de que se dieran los
fallos judiciales que pusieron fin a la causa, este episodio sigue dando que hablar.
Fue el primer
gran caso de “alta corrupción” ventilado luego de restablecida la democracia y, como tal, tuvo
sus obstáculos y dejó sus enseñanzas.
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El BCU presentó a su vez otra demanda contra Banknord y sus socios italianos por 44 millones de dólares.
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Carta al Semanario
Búsqueda
en el año 2005.
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Ídem
.