Palabras de Manuela Cisternas
Centro Interdisciplinario de Estudios de Género, CIEG
Buenos días, agradezco la invitación para hablar en este
evento. Creo que todas las palabras dichas hasta ahora hacen
emotiva y fiel referencia al rol que Sonia ha tenido en esta
Universidad, como persona y como colega, y espero poder
aportar a este retrato hablando como alumna en acto, de
Sonia.
En segundo año de Antropología, fue el profesor Rolf Foerster
quien, producto de mis continuos exabruptos de desdén sobre
el tratamiento del intercambio de mujeres en la propuesta de
Levi-Strauss, me entregó un texto de Gayle Rubin y me dijo
que tomara clases con Sonia. Fue la dirección que marcó el
resto de mi trayectoria estudiantil.
Sonia realizaba las clásicas cátedras de Antropología del
Género y Antropología de la Literatura, como también un
electivo de Historias de Vida, que en especial marcó
profundamente mi aprendizaje metodológico. En esas
instancias académicas se abrieron maneras de conocer nuevas
y diferentes, influenciado por una metodología sensible a las
particularidades subjetivas del trabajo antropológico.
En esas clases aprendimos las desigualdades estructurales de
género y sus cruces de raza, clase, generación, y como desde
ahí se modelan las relaciones sociales tanto públicas como
privadas, pero también aprendimos a mirar y entender las
brechas y otras apuestas posibles en función de la
transformación democrática que conlleva la teoría de género y
su implicación antropológica.
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