Derechos humanos y relaciones internacionales - page 80

Se
repara a veces en que no existe un criterio objetivo que deter–
mine lo que constituye una violación "flagrante" de los derechos hu–
manos. Contesto a esta objeción señalando que debemos basarnos en
los propios criterios qué constituye una conducta Elagrantemente inhu_
mana. El Gobierno debiera guiarse por la conciencia colectiva de la
nación. Esa conciencia nacional condena sin ambages una política de
"apartheid", como asimismo las normas discriminatorias mantenidas por
largo tiempo con respecto a raza, religión u origen nacional. ¿Por qué,
entonces, debiér,amos titubear al condenar otras prácticas muy antiguas
que ofenden la dignidad básica del hombre? El Gobierno norteame–
ricano no pretende ni debiera tratar de reformar, ni siquiera juzgar
otros gobiernos en relación con los criterios constitucionales de Norte.
américa. Los esfuerzos así encaminados resultarán pretenciosos
y
es–
tériles. La política norteamericana, aunque en apariencia resulta a veces
inconsistente, se fundamenta en que 'el poder, influencia
y
prestigio
norteamericanos no deben ser utilizados para apoyar o fomentar vio–
l·adones flagrantes de los derechos humanos.
Los Derechos Humanos
y
el Orden Mundial
No ha sido mi propósito evaluar la efectividad de la política norte–
americana con respecto a los derechos humanos, sino más bien descri.
bir esa política y algunos criterios que utiliza esta n·adón para pro–
mover la protección internacional de los derechos humanos. Sin em.
bargo, las estrategias nacionales encaminadas a elimiO'ar abusos espe–
cíficos no lograrán alcanzar una conciencia plena de los derechos hu–
manos en el mundo. Esta última meta requiere la implementación de
lo que podría llamarse una estrategia comprehensiva o global. Estas es–
trategias comprehensivas son fundamenta.\mente dos: reducir la carre–
ca 'armamentista nuclear,
la
prolif~ración
de armamentos
y
avanzar
hacia la creación de un nuevo orden económico.
13
No puede existir un
sistema legal internacional efectivo para proteger las libertades civiles
y
políticas, cuando no se cuenta con estas estrategias globales. Nue–
vamente quisiera recalcar que es esencial
la
interdependencia de los
derechos sociales
y
económicos con los civiles y políticos. El estudio
de los sistemas políticos occidentales nos enseña que un gobierno que
respeta las leyes, que posee instituciones representativas, unido a los
demás valores que asociamos con la idea de democracia constitucional
o jurídica, se encontrará apoyado por fuertes valores culturales
y
re.
ligiosos
y
respaldado por estabilid'ad social
y
una relativa
segurída~
económica.
14
- 13
Política de Exportación de Estados. Unidos, 14, WeekJy Compilation
of
Presidential Documents (octubre 2, 1978), p. 1.633.
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Conferencia sobre los derechos humanos, Departament
or
State
Bulletin (mayo 23, 1977), p. 506.
1...,70,71,72,73,74,75,76,77,78,79 81,82,83,84,85,86,87,88,89,90,...241
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