VIRGINIA TRIMARCO
llevarán en las nuevas sociedades. Por todo ello la Oficina favorece
el
Reasentamiento regional y sólo cuando éste no es posible opta
por el extrarregional.
En los últimos años se han desarrollado programas de reasen–
tamiento regional con éxito en América Latina y en Mrica. A pesar
de ello, las nuevas confrontaciones regionales en especial las que
siguieron a la caída del antiguo bloque socialista han tenido impacto
negativo para el Reasentamiento regional en los países de Europa
occidental. La rapidez de los cambios sufridos en la escena política
de los años 90 constituirán un desafío para obtener de los países
llamados comunmente "desarrollados"la apertura necesaria para dar
cabida a movimientos de la magnitud de los que ya se enfrentan y los
que se avecinan.
A su vez, la Oficina está consciente de las dificultades que los
Gobiernos tienen al recibir grandes flujos migratorios y de refugia–
dos y por tanto, no cuestiona su derecho a admitir personas en
concordancia con su propia interpretación de la Convención de
1951, o de acuerdo al criterio de inmigración naciona1. Pero el
ejercicio del Mandato de proteger a los refugiados se ve restringido
al confundir refugiados e inmigrantes económicos, sea que la confu–
sión se manifieste en el establecimiento o en el otorgamiento de las
cuotas de inmigración de grupos preferenciales o bien durante el
análisis de las sumisiones de Reasentamiento de la Oficina. Es por
ello que nuestra Oficina continuará insistiendo ante los Gobiernos
en la necesidad de que a los solicitantes y a los refugiados se les
acuerde un procedimiento adecuado de recepción y continuará, por
ende, rechazando un tratamiento igualitario de migrantes y refugia–
dos, dado que confunden el ejercicio de los principios básicos de la
Protección Internacional.
Estas dificultades unidas a los cambios en la escena política ya
mencionados, hacen que las proyecciones sobre las necesidades de
Reasentamiento sean cada vez más complejas, en particular aten–
diendo a la evolución de los parámetros tradicionales de las relacio–
nes internacionales. Todos estos desarrollos señalan la necesidad de
una respuesta más rápida y flexible por parte de los gobiernos a los
llamados de ayuda para Reasentamiento realizados por la Oficina.
Las consideraciones de protección internacional deben prevalecer
I
197
¡
