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En la educación superior, el diseño curricular ha pasado por diferentes
etapas y en estos momentos es objeto de reevaluación. Las directrices cu-
rriculares nacionales e internacionales para el pregrado en Medicina le-
gitimaron las bases para la construcción de los currículos justificando el
aprendizaje de conocimientos, formación de habilidades y percepción de
valores éticos, insertos en el contexto de las humanidades y el profesiona-
lismo.
La introducción de la ética en la educación farmacéutica contribuye a for-
mar profesionales capaces de acoger al paciente en su dimensión biopsi-
cosocial y no solamente a buscar la cura de las enfermedades mediante
la manipulación y administración de medicamentos y productos para la
salud.
No existe un consenso respecto de la metodología de enseñanza más apro-
piada para aprender ética. Algunos autores afirman que la instrucción
debe utilizar métodos de aprendizaje activos, con discusión de dilemas
bioéticos contextualizados en los distintos campos de la ética social, deon-
tológica y de la salud, y que contemple los avances científicos que tengan
repercusión en la sociedad. Asimismo, se ha indicado que esta discusión
debería ocurrir durante el transcurso de la carrera, comenzando el primer
año, mediante la discusión de conflictos éticos y de las actitudes del es-
tudiante frente al paciente, a sus familiares y a otros profesionales de la
salud
(20,22,27,39)
.
Las actividades de contenido ético deberían estar integradas también en
los ciclos básicos y profesionales, cuando el proyecto pedagógico posibi-
lite la integración curricular. Otros autores defienden que el contenido
necesita estar relacionado con la práctica, debiendo ser administrado, pre-
ponderantemente, durante el ciclo de profesionalización en los currículos
tradicionales
(14,18)
.
Es necesario cambiar actitudes y comportamientos e incidir en la relación
profesional de la salud-paciente y en los modelos de asistencia en salud.
1...,343,344,345,346,347,348,349,350,351,352 354,355,356,357,358,359