41
4. Los cuatro principios fundamentales de la
bioética
(2,4,19)
“Al gobernar aprendí a pasar de la ética de los principios a la de las responsabilidades”.
Felipe González
El creciente aumento de las tecnologías
es una de las características del mundo
moderno, pero estos cambios tecnoló-
gicos van acompañados de nuevas acti-
tudes sociales y culturales que ponen el
acento en el individuo como autoridad
central en la toma de decisiones, sobre
todo en lo relacionado con estilos de
vida y metas personales. Esta riqueza
tecnológica ha multiplicado las accio-
nes en muchas situaciones de la vida y
obliga a definir valores y prioridades al
momento de tomar decisiones. Entre
los principios tradicionales que guia-
ban la conducta en el manejo del me-
dicamento y otros temas biomédicos
en general los había de carácter filosó-
fico, como del
primum non nocere
(lo
primero es no dañar al paciente) y el
de
bonum facere
(hacer el bien). Prin-
cipios de origen grecocristiano, tales
como el respeto al hombre y a la vida
humana (Juramento Hipocrático) y el
amor al prójimo, inmortalizaron la pa-
rábola del Buen Samaritano. A esto se
unen las enseñanzas aportadas por los
Mandamientos, las Bienaventuranzas y
el principio de relación entre Dios y el
orden natural.
Los cuatro principios fundamentales
de la bioética son, como acabamos de
mencionar, los siguientes:
4.1 Autonomía
Todo ser humano es agente moral autó-
nomo, libre y responsable de todas sus
acciones, con derecho a decidir sobre su
propia vida, en tanto no produzca des-
medro propio o social. Actuar con au-
tonomía implica que la persona posee
independencia con relación a posibles
controles externos y, además, capacidad
para proceder en consonancia con una
elección propia. Por ejemplo, un estado
depresivo u otra incapacidad transitoria
pueden comprometer la decisión autó-
noma en una persona pero no alteran el
respeto debido a ella. La autonomía no
se opone al respeto a la autoridad ni a la
obediencia a las normas de la sociedad.
Si alguien decide seguir las directrices
de una iglesia o de un partido político
está optando por ejercer su autonomía
acotándola en aras de una creencia, una
causa u otras personas. Es inapropiado
confundir la autonomía con el indivi-
dualismo
(4)
.
libro mario sapag.indd 41
3/12/09 12:47:34
1...,31,32,33,34,35,36,37,38,39,40 42,43,44,45,46,47,48,49,50,51,...161