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dada
a
la
Repblica
Argentina,
por
su
tradicional
respeto
ai
derecho
ageno,
por
su
historia
gloriosa,
durante
la guerra
de
la
emancipacin
americana,
en
la
(pie
figura
como
el
g,
nio
tutelar de
la
liberta
d
dei Peru y
Chile,
y
por
su
pre
ponderncia
actual.
Su
intervencin
es
de
previsin
v
de
justicia.
Por
previsin,
no
debe
permitir
(pie
aumente
el
poderio
de
Chile
con
los
despojos
de
Bolivia
v
el
Peru, porque
ese
crecimiento
es
para ella
una
amenaza
en
el
porvenir,
y
por
que
el
aniquilamiento
de
Bolivia
supone
el
desquiciamiento
dei
equilbrio
sud-americano,
(pie
no
es
una
frase
desnuda
de
signiflcacin,
como
aseguran
los
(pie
pretenden
tapai-
el
sol
con
un
cedazo,
sino
una
verdad
tangible;
por
justicia
se
debe procurar
la
reorganizacin
de
dos
naciones
sorprendi-
das
en
sus
hogares,
acuchilladas
y
deshechas,
calumniadas
y
escarnecidas
por
un
enemigo
(pie
atsb
el
supremo ins
tante
de
sus
angustias
para
llevarles
una
guerra
sin cuartel.
Que
recuerde
la
Repblica Argentina
(pie
su
indiferencia
culpable
en
1879,
le
cuesta
doscientos millones
cie pesos
gastados
para
sostener
la
paz armada (pie la
debilita,
dos
cientos millones sustraiclos
la industria
y
entregados
a
preparar la
gran
carnicera
(ie
manana,
cuando
se
trate
de
afirmar
en
los
campos
de
batalla
lo
que
se
llama la
hege
monia
de
Chile,
y
cuando,
rotos
los
viejos
moldes
de la
di
plomacia
florentina
(pie
hoy
prima
en
nuestra
ceremoniosa
vida
internacional,
venga
el
estallido
de
pasiones
compri
midas,
de
antiguos
dios
y de
envidias
inconfesables.
No
vendr
la
guerra
chileno-argentina
por
la
creacin
de
San
Martin
de
los
Andes,
ni por
la
ocupacin
dei
\
alie
1(>
de
Octubre,
ni por
el
avance
en
Pirihuaico,
ni
porque
el
arbitrage
de la
Reina
de
Inglaterra
sea
favorable
perju-
dicial
Chile,
pues
las
cuestiones
territoriales
han de
tener
siempre
arreglos
ms
menos
fciles;
lo
(pie
no
tiene
solda
dura
posible,
lo <pie
ser
el
motivo
permanente
de
rupturas,
es
el
dio
de
pueblo
pueblo,
la
rivalidad
de
nacion
na
cion,
el
anhelo
vivsimo
de
humillar
y
vencer
que
va
des
equilibra
y que
n<>
tardar
en
enloquecer
los
crebros
de
este
lado
de los Andes.
Pruebas
evidentes
de
esta
situacin
dei
espritu
nacional
podriamos
encontrar
muchas,
pro
basta
nuestro
propsito
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