Página 30 - La cuestión del Pacífico

rias dei Brasil, la Argentina, Colmbia y Mxico. La accin
dei Pei se coucretara, en este rden, solicitar de estas
repblicas (pie dieran instrucciones sus respectivos minis
tros en Washington para (pie secundaran la demanda de
buenos ofcios de parte dei Peru, dirigida alcanzar el leal
cumplimiento de lo pactado en Ancn y poner trmino, as,
una situacin vidriosa que puede comprometer la paz de
la Amrica.
"De este modo, ai escuchar el Presidente de los Estados
Unidos la demanda dei Ministro peruano, oir la voz de la
Amrica entera.
"Ahora, como no siempre la justicia y los principios son
causas suficientemente poderosas para imprimir runibos
tijos la poltica de las naciones, siendo ms eficaz toda
medida (pie fomente los intereses materiales, el Peru pro
cederia sabiamente si en esta ocasin, como ya lo hemos in
dicado, procurase aunar los intereses norte-americanos con
los suyos. Con esta mira, y teniendo presentes las transfor-
maciones que la prxima construccin de un canal intero-
cenico tiene (pie producir, el Peru no solo debera promo
ver la celebracin de un tratado de reciprocidad comercial,
sino la de un pacto que diera las naves norte-americanas
franquicias especiales en nuestra costa, cuya importncia
ser grande en cuanto se establezca la comunicacin mar
tima directa entre los puertos norte-americanos en el Atln
tico y en el oceano Pacfico.
"Basadas en estas ideas y tendncias, no es aventurado de-
cir, que una negociacin. discretamente desarrollada, lograria
establecer una completa inteligncia entre las cancilleras
de Washington y de Lima."
Respecto ai Peru, no puede tener mayores alcances el
pensamiento dei Sr. Gariand, y lo aplaudimos sin reservas
porque no compromete su soberania independncia. En
tregada perpetuidad incondicionalmente Chile la rica
provncia de Tarapac, no puede ofrecer el Peru otro ali
(dente (pie el de las franquicias comerciales (pie desarrolla
con copia de datos estadsticos; pro no sucede lo propio con
relacin Bolivia que debe aceptar para si aquella suges-
tin. Esta Repblica no ha abandonado an su dereeho de
soberania sobre el Departamento de Cobija ocupado poi