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Introducción

La clase de los insectos que pertenece al phylum Artrópodos agrupa, según la mayoría

de los entomólogos, alrededor de un millón de especies,. Muchos estudiosos sostienen que ese

número debería ascender a cerca de unos treinta millones de especies, las cuales aún no han

sido ni descritas, ni descubiertas. Es, por lo tanto, el grupo más numeroso dentro de los seres

pertenecientes al reino animal. La suma total de todas sus especies da una cifra mayor que la

suma de todas las otras especies animales . La distribución de sus integrantes es también amplí-

sima y abarca casi todos los hábitats. Abundan en bosques, estiércol, plantas, aguas no saladas.

Las especies marinas son mucho menos frecuentes que las terrestres. Como parásitos pueden

habitar en animales o en plantas y ocasionar en estas últimas a veces patologías devastadoras.

Los insectos se diferencian de los otros artrópodos por llevar en la región torácica tres

pares de patas y generalmente dos pares de alas que faltan en algunas especies (ápteras)

Sobre su tamaño: hay especies cuyos integrantes miden 0.6 mm, otras alcanzan 15 cm,

tamaños que se ven en algunas especies habitantes de zonas tropicales.

Su rol en la naturaleza es de señalada importancia, no sólo por su descomunal abun-

dancia, sino por la multiplicidad de procesos en los que intervienen. Hay especies de utilidad

fundamental como lo son los insectos polinizadores de las plantas, muchas de las cuales de-

penden de los insectos en sus procesos de polinización. Por esto, se piensa que las plantas y los

insectos han evolucionado en conjunto. Se dice que “los insectos han constituído el principal

factor en la selección de ciertas características en la evolución de las plantas y las plantas han

determinado varias adaptaciones en los insectos. Esta coevolución es particularmente notable

en la polinización, donde la interacción entre plantas e insectos constituye un beneficio mutuo”.

Los insectos también contribuyen al proceso de descomposición de la materia orgánica

y formación del suelo, ayudando en esta actividad a las bacterias y a los hongos.

En la naturaleza diversos factores mantienen estable la población de los insectos: las

condiciones climáticas adversas, las enfermedades que pueden ocasionarles virus, bacterias,

hongos, otros insectos depredadores o parásitos. Los monocultivos de plantas agrícolas han

favorecido la aparición de plagas de insectos con efectos con frecuencia desastrosos.