manifiesta o solapada confusión entre adoctrinamiento y
formación en bioética. Confusión que por supuesto no es
nueva, pero que con esta disciplina se ha renovado de modo
ejemplar. En ocasiones, discutiendo éstos y otros asuntos,
mi argumentación se desliza hacia lo que yo creo o espero
ver y no a la situación real. Estoy cierto, no obstante, de
que los lectores sabrán discernir las diferencias.
Abrigo la esperanza que la lectura de este breve libro
inspirará a algunas personas en la noción de diálogo, cen–
tral en el quehacer bioético y fuente inagotable de renova–
dos y renovadores descubrimientos. Aunque se ha omitido
buena parte del material contenido en el libro anterior,
que éste en cierta forma amplía, accediendo a la sugeren–
cia de algunos amigos he decidido reproducir al final el
capítulo relativo a algunos hechos históricos de interés.
Así se entienden mejor algunas peculiaridades de la
bioética estadounidense, que es la mejor conocida en el
continente americano.
Santiago, marzo 2002
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