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concepción diferente. Por de pronto, al indagar al organismo en su con-
junto, éste debía enfrentarse a “retos” (o experimentos) con significación
7
;
en segundo lugar, los experimentos no debían confinarse al organismo
aislado o al individuo definido según las apariencias sociales. Iluminado
por un ejemplo extraído de la obra de Wilhelm Dilthey, Paul Christian
desarrolló un experimento que propone, fundamenta y demuestra la bi-
personalidad en la tarea conjunta de dos personas que se conciertan en un
trabajo común. El ejemplo príncipe fue aserrar un árbol, tarea en la que
dos personas aúnan voluntades y esfuerzos y al así hacerlo se pierden en
su realización, se ocultan y autoocultan. En ese paradójico movimiento de
darse y salir de sí se reencuentran y existen. Lo que importa es la tarea.
Esta fisiología llegaría a los límites de lo metafórico, y sería por ende más
figura lingüística que concreta demostración empírica, si el experimento
no se realizara en su valencia de “experiencia”, que ciertamente no es lo
mismo
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. Pues el experimento estiliza y lleva al límite algo que preexiste a
la pregunta y es la noción de que esas dos personas son personas por su
compresencia, su correspondencia, su ser en común aglutinado por una
meta. Pero lo que está detrás, inefable, es una “experiencia”, que cabría lla-
mar de comunidad o de compartición. Esto es, justamente, lo que a falta
de mejor palabra, Christian denomina “bipersonalidad”. La imagen que
evoca es la del sincicio, esa agrupación de muchas células que se fusionan
y tiene muchos núcleos pero reacciona como unidad.
Podría argumentarse que el término plantea complicaciones cuando el
autor lo lleva más allá de la unidad de “dos personas” y, ampliándolo a la
tripersonalidad, a la tetrapersonalidad o, para el caso, a la multipersonali-
dad, fundamenta una
sociología médica
empírica
, enraizada en la fisiología.
El término “bipersonalidad” parece aludir a dos y por ende es fácil ma-
7 Tal fue nuestro razonamiento al establecer la Unidad de Psicofisiología en el Departamento
de Fisiología y Biofísica de la Facultad de Medicina, en la Universidad de Chile. La psi-
cofisiología podría, en este contexto, ser denominada una “fisiología de la persona” y no
solamente del organismo.
8 Buytendijk, F.J.J.
Prolegomena einer anthropolkogischen Physiologie
. Otto Müller Verlag,
Salzburg, 1967.
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