N° 45, abril de 2008
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Fritz Jahr, el “imperativo bioético” y el origen
de la palabra “bioética”
1
C
on la bioética ha ocurrido algo semejante a lo que pasó con el psicoa-
nálisis. Éste nació en el ámbito germánico, con la obra de Freud y sus
primeros discípulos, fue desplazado a Estados Unidos, con la emigración
de los judíos de la Alemania nacionalsocialista, y reimportado a Europa,
especialmente Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial.
Hace pocos años se descubrió que el vocablo “bioética” no es una creación
de Van Renssealer Potter (como repite la mayoría de los textos), sino un
invento del teólogo protestante Fritz Jahr (
de Halle an der Saale
), quien
dio tal título a un artículo del año 1927, publicado en la revista
Kosmos.
Handweiser für Naturfreunde
(24: 2-4). Como todos sabemos, el térmi-
no fue reimportado a Europa como una creación de los años setenta, en
la cual participaron Potter, Hellegers, Shriver, y recibió de Callahan el
estatuto disciplinario en un artículo de 1973 (
Hastings Center Studies
1:
66-73). Esta reimportación, por cierto, no estuvo exenta de cambios, pues
en el caso de Potter se trataba de una suerte de advertencia apocalíptica
sobre la necesidad de una “ciencia de la supervivencia” y en el de Hellegers
y los creadores del
Kennedy Center
de una revitalización humanística de la
medicina y las ciencias biológicas relacionadas con el bienestar humano.
Desde entonces, esta bifronte apariencia de la bioética –como admonición
a una solidaridad biosférica y una “ética global” o como ética médica y de
investigación biomédica– ha producido distintas tradiciones de estudio y
aplicación. Por ejemplo, la “ecobioética”, como reflexión sobre las condi-
ciones ambientales, la “tecnoética”, como expresión de las preocupaciones
por el desarrollo de las tecnocracias, la “neuroética”, relacionada con el sis-
1 Véase el artículo completo en la segunda parte de este libro.
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