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En la actualidad, dirijo un seminario con quince alumnos de la Escuela de Gobierno
de la Universidad de Chile sobre este tema. Ellos no habían nacido para el golpe,
pero se les han transmitido sentimientos y experiencias. Tengo gran confianza en su
calidad y capacidad y no sería raro que los alumnos pudieran enseñarle al profesor e
incluso corregir algunas de las afirmaciones que aquí se hacen.
Aspiro a concordar en una visión común sobre dónde estuvieron los principales
errores para aprender de ellos. Si podemos concordar, estupendo, si ello no es
posible, sería lamentable, pero perfectamente superable. Lo esencial es hacer todos
los esfuerzos posibles para fortalecer la gobernabilidad del país y, en mi opinión,
proyectar la Concertación para el futuro ya que es la mejor alternativa para
alcanzar ese objetivo. Por muchas que sean las conquistas logradas en estos tres
gobiernos, por grandes que sean las críticas que podemos expresar, nada justifica
desperdiciar la confianza popular que aún tenemos. Si cada cual se deja llevar sólo
por sus visiones particulares y vuelve a primar un estrecho concepto de interés
partidista, habremos arado en el mar, y Chile volverá a experimentar un fracaso
popular. Eso no podemos permitirlo.
Un análisis serio sobre nuestros aciertos y errores nos ayudará. Sobre todo si
estamos dispuestos a seguir juntos. Una hermosa frase de George Santayana,
famoso poeta nacido en España, educado en Estados Unidos y que terminó sus días
en Roma en 1952, refleja mi pensamiento:”Aquellos que no pueden recordar el
pasado están condenados a repetirlo”.
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Reconocimiento al Papel de Varias Generaciones
También quiero trasmitir una nota de optimismo y de reconocimiento a los
integrantes de aquella generación que no pudo evitar el desplome y que colaboraron
activamente para aprovechar la segunda oportunidad. También a mis amigos de
generación de distintas vertientes ideológicas y a algunos más jóvenes, por el
fundamental rol jugado en la dura y larga lucha por recobrar la democracia,
permitiendo así que se construyera, en los hechos, la unidad social y política del
pueblo. Espero poder escribir más adelante sobre el esencial papel jugado por
militantes individuales de la DC, primero, y luego por el partido entero, en la
construcción de las condiciones que nos permitieron derrotar políticamente a la
dictadura. No puede olvidarse que la Concertación fue un instrumento indispensable
para ello y sigue siendo esencial para darle estabilidad a la democracia chilena,
permitir su profundización y, una vez resueltas las contradicciones entre el
liberalismo democrático y las formulaciones progresistas, avanzar en un diseño
político, económico, cultural y social que empiece a acortar la enorme brecha de
injusticia que se constata en nuestra sociedad.
Estoy feliz, además, porque he podido concluir este trabajo en Octubre, mes en
que se recuerdan la fundación de la Falange Nacional, una de las principales
vertientes que da nacimiento al PDC en 1957, que se celebra el 12 de octubre y el
aniversario de la gesta cívica del 5 de octubre de 1988, momento de unidad en la
diversidad y de triunfo de los valores democráticos.
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Santayana, George. Life of reason in Common Sense. Scribner’s.1905, página 284.
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