Mejorar la educación : aprendizajes desde la investigación educativa

Felipe Aravena Castillo 180 moral. Se trata, sin duda alguna, de un gran avance en términos de lo que significa liderar un establecimiento escolar. Actualmente las/os directoras/es reconocen que ejercen influencia de manera directa en las condiciones de trabajo y en las capacidades y las motivaciones docentes. A su vez, esta influencia impacta en los niveles de aprendizaje de los/as estudiantes. De esta forma, su liderazgo posee una influencia indirecta en los aprendizajes de los/ as estudiantes y, por esta razón, es necesario que se conviertan en líderes pedagógicos . Un/a líder que conoce cómo aprenden sus do- centes y estudiantes tiene más posibilidades de contribuir a mejorar la situación actual en la que se encuentra su establecimiento. La política ministerial ha sostenido que los/as directores/as es- colares requieren desarrollar prácticas que mejoren los resultados de aprendizaje de los/as estudiantes. En coherencia, y de acuerdo al marco para la buena dirección y liderazgo escolar (MBDLE), introducido en el año 2015, los/as directores requieren desplegar diferentes prácticas. Estas han sido agrupadas en cinco dimensiones: (1) construyendo e implementando una visión estratégica comparti- da; (2) desarrollando las capacidades profesionales; (3) liderando los procesos de enseñanza y aprendizaje; (4) gestionando la convivencia y la participación de la comunidad escolar; y (5) desarrollando y gestionando el establecimiento escolar. Además de los recursos per- sonales que se expresan en principios, conocimientos profesionales y habilidades, los/as directores/as cuentan con una orientación prác- tica que define cómo poder liderar las escuelas y liceos para poder obtener mejores resultados. En esta oportunidad me parece central reflexionar sobre la pri- mera dimensión, «construyendo e implementado una visión estraté- gica compartida», porque la experiencia diseñando e implementando cursos para directores me indica que, en las escuelas y liceos, las visiones compartidas son necesarias para la mejora y en muy pocas ocasiones los/as directores/as saben cómo liderar ese proceso. Si seguimos la aproximación teórica del MBDLE, esta dimensión práctica se asocia a la creación o revisión del proyecto educativo institucional (PEI), a la traducción de los objetivos y propósitos ins- titucionales en planes de mejora escolar (PME) y el desarrollo de una comunicación estratégica con el sostenedor (DAEM/DEM) para el

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