Mejorar la educación : aprendizajes desde la investigación educativa

Beatrice Ávalos 130 El aprendizaje profesional y la colaboración entre docentes Para enseñar bien se requiere de complejas capacidades deriva- das de conocimientos y de manejo de recursos metodológicos, como también de atención y discernimiento frente a la diversidad en los/ as estudiantes y en sus modos de aprender. En cuanto profesional, el/ la docente entiende que la enseñanza es técnicamente sofisticada y compleja, que involucra juicio experto informado por la experiencia y la evidencia científica, y que su calidad resulta tanto del propio compromiso como de la responsabilidad del colectivo docente. Así lo han descrito trabajos realizados por renombrados investigadores en esta área, tales como Andy Hargreaves y Michael Fullan, o Larry Cuban, de quienes se incluyen algunas publicaciones en la bibliografía de este artículo. Enfrentar esto de modo profesional supone un proceso continuo de reflexión, de nuevos conocimientos, prácticas y aprendizaje centra- dos en los contextos de trabajo y realizados mediante procesos social- mente distribuidos. En el corpus humano de la escuela, el crecimiento profesional de los/as docentes, como lo ha señalado R. D. Pea (2001), se construye socialmente mediante «esfuerzos colaborativos dirigidos por propósitos compartidos o mediante diálogos y desafíos aportados por las diferencias en perspectiva de las personas» (pp. 47-87). La colaboración entre docentes ocurre a través de conversaciones y de acciones que ocurren en distintos niveles de interacción. Según la investigadora norteamericana Judith Little, el nivel menor de in- teracción aparece en los pasillos y salones de profesores cuando se intercambia alguna información o material. Un nivel medio de inter- dependencia ocurre en la interacción entre pares o de grupo en que se comparten ideas, métodos, materiales y opiniones. Más demandante es la colaboración que requiere «desprivatizar» la enseñanza, como es la observación mutua. Pero, en última instancia, el compromiso colaborativo descansa en la responsabilidad del colectivo docente por su trabajo y la comunidad escolar como un todo. La disposición específica de los/as docentes a colaborar se asocia a creencias acerca de los colegas y de su capacidad de impactar po- sitivamente en los alumnos y la enseñanza, y sobre el capital social

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