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Centroamérica. Pese a los acuerdos de paz, en algunos países se sigue hablando de la
guerra permanente como imagen latente de los impactos de las guerras en la calidad
de vida de las personas. Los temas de memoria, reparación y justicia están al centro
de estas discusiones y generan lecturas y análisis variados: las reparaciones en lugar
de la aplicación de justicia, las reparaciones como medidas de justicia, como paliati-
vos, e incluso como un paso a la impunidad.
En cuanto a los modelos políticos, las democracias son vistas como estructuras pre-
carias en proceso de instalación y, en los casos más auspiciosos, como democracias
en consolidación. Una de las expertas hizo ver cómo las prácticas autoritarias tras-
pasan el ámbito de lo público y, a pesar nuestro, se instalan en nuestras formas de
convivencia:
“Estamos en democracias en construcción y creo que, incluyendo a las feministas, a la hora de dis-
cutir somos autoritarias, fundamentalistas, etc. Tendremos que irnos convirtiendo en democráticas
de a poco, ir aprendiendo lo que es la democracia”. (Susana Chiarotti).
Entre las preocupaciones de las participantes está la crisis de representación que vive
el sistema político y el desdibujamiento del rol de mediación que debiera cumplir la
sociedad civil organizada. Las políticas públicas de participación ciudadana son es-
casas y débiles y eso influye en la despolitización de las demandas y en una pérdida
de conciencia ciudadana sobre los propios derechos.
“Empiezan a ser las personas quienes individualmente interactúan con un Estado que cada
vez tiene menos capacidad también de responder a las demandas individuales y colectivas”.
(Cecilia Barraza)
Esta crisis de representación está asociada también a un retroceso en el uso de los
derechos. Se omite o se reemplaza el tema de los derechos por otras palabras que
vienen a despolitizar su territorio y su significado. Más aún, el análisis sugiere que
la política pública neutraliza o despolitiza los temas cuando no se enfoca desde los
derechos. Lo que antes era reconocido por la ciudadanía como un derecho, ahora es
visto más bien como un beneficio de un programa social.
“Lo que me asusta por lo menos en la sociedad chilena es que 20 años atrás tú caminabas y hablabas
con la gente en la calle y la gente […] se enojaba y te decía “es que es mi derecho tal cosa”; o sea la
noción de derecho era parte del lenguaje social y por lo tanto significaba algo. Y con el tiempo, tú
esa conversación ya no la tienes, salvo en los círculos como nosotras”. (Lorena Fries)
Esta despolitización a la que hacíamos referencia se sostiene además en el uso de
conceptos como cohesión social que adquieren mayor presencia discursiva que no-
ciones como la de igualdad o de inclusión social. Lo mismo ocurre cuando no hay un
verdadero enfoque de derechos en las políticas de desarrollo y solamente se alude
