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sobre derechos humanos de las mujeres (estadísticas y estudios) y a la evaluación
sobre los grados de avances en cuanto al reconocimiento, acceso, goce y protección
institucional de los derechos.
Como todo diagnóstico, éste reúne distintos puntos de vista, que en este caso no solo
dan cuenta de los matices en cuanto al conocimiento o experiencia más específica
sobre determinados derechos y estrategias, sino además a la lectura que hace cada
una de las consultadas dependiendo del contexto desde el cual hace esta revisión. Las
consultadas emitieron sus opiniones desde distintos lugares; algunas analizaron la
problemática existente en sus países de origen; otras, la de los países en que trabajan,
que en algunos casos incluía la región completa; varias respondieron considerando
la realidad de una subregión como Centroamérica, Caribe o la Zona Andina. En todo
caso, en las entrevistas telefónicas y durante la reunión en Santiago, la mirada que
primó fue la regional.
A continuación damos a conocer cuáles fueron los principales énfasis y diferencias
encontrados en las materias que consultamos. En este capítulo se desarrollan los
siguientes ejes temáticos: 1) consideraciones sobre el contexto en la región, 2) la in-
formación existente sobre los derechos humanos de las mujeres y 3) los derechos que
han experimentado grados de avance. Se plantea cuál es el estado actual del tema y
cuáles pueden ser sus posibles proyecciones.
Consideraciones sobre el contexto en la región
El marco en que se da esta reflexión es la defensa de los derechos de las mujeres,
desde la perspectiva del trabajo habitual de las participantes. En función de esa de-
fensa se analizan los contextos político, económico y cultural de la región.
En primer lugar hay que señalar que la valoración que se da al análisis de contexto es
variada. En general, la importancia que se le atribuye a este análisis está dada prin-
cipalmente porque aporta elementos que permiten sustentar de manera más sólida
las estrategias; permite evaluar los pasos a seguir, desarrollar acciones políticas de
mayor impacto y generar alianzas con actores claves. Sin embargo, una mala evalua-
ción del contexto no es razón para dejar de actuar, sino para adecuar las estrategias
a las circunstancias que se enfrentan. El movimiento de mujeres históricamente ha
debido planificar sus estrategias enfrentando contextos adversos.
Cuando las expertas hablan del contexto, apuntan a temas variados que solo tienen
en común que constituyen escenarios en los cuales se desarrolla e inserta el trabajo
por los derechos de las mujeres y que muchas veces condicionan las posibilidades
de este trabajo. Bajo este concepto, entonces, se discuten las tendencias políticas y
