

Los primeros años de la vida de
Elena Caffarena no fueron fáciles. El
comienzo de siglo en Chile estuvo
marcado por un notorio desprecio a la
participación de las mujeres en la esfera
pública y, sobre todo, a su incorpora-
ción como profesionales en la sociedad.
Pero brillante y comprometida con las
luchas sociales de su tiempo como era,
Caffarena no cejó hasta convertirse en
la decimoquinta mujer en obtener el
título de abogada en Chile y, posterior-
mente, una de las impulsoras del voto
femenino en el país.
Caffarena, nacida en Iquique el 23 de
marzo de 1903, ingresó a la Universi-
dad de Chile a comienzos de los ‘20,
donde tempranamente formó parte
del círculo más político del plantel y
se integró a la oficina de Defensa Jurí-
dica Gratuita. Se graduó en 1926 con
la tesis
El trabajo a domicilio, enriqueci-
miento sin causa a expensas de otro en el
Derecho Civil Chileno
.
Su interés feminista la llevó a participar junto a Amanda Labar-
ca, académica de la Casa de Bello y uno de los puntales de la ex-
tensión en Chile, en la formación de la Asociación de Mujeres
Universitarias en 1931, pero quizás su aporte más recordado a
la historia nacional fue la creación del Movimiento Pro Eman-
cipación de la Mujer Chilena, Memch, en el que confluyeron
mujeres de distintos estratos, que fue lo que diferenció a este
colectivo de otros de su época. En una entrevista realizada por
la escritora Diamela Eltit a fines de los 80’, Caffarena diría que
“el Memch fue una institución pluralista. Se llamó a las mujeres
de todas las clases sociales y de todos los niveles económicos.
Teníamos universitarias, empleadas, obreras, campesinas, em-
pleadas domésticas, profesionales, dueñas de casa y a todas nos
unía una cosa en común: luchar
por la emancipación de la mujer,
económica, social y jurídica”.
Elena Caffarena luchó durante
toda su vida por alcanzar la justicia
y la equidad no sólo para las mu-
jeres, sino para todos aquellos que
consideraba excluidos por la socie-
dad. Los años no le impidieron se-
guir participando activamente de
otras cruzadas políticas. Durante
la dictadura de Pinochet fue una
de las fundadoras del Comité de
Defensa de los Derechos del Pue-
blo y de la Fundación para la Pro-
tección de la Infancia Dañada por
los Estados de Emergencia.
A pesar de su historia, la intelec-
tual siempre se mantuvo conecta-
da con el presente. Cuando aún
no comenzaban los ‘90 le diría a
Diamela Eltit lo mismo que, qui-
zás, podría argumentar hoy: “Yo siempre sostengo que el feminis-
mo es uno solo, pero hay distintas orientaciones: el feminismo
reformista que persigue únicamente la igualdad de la mujer frente
a la ley. Tenemos el feminismo radical que pone el acento en el
problema del sexo. Después hay un tercer grupo que sostiene que
la mujer va a lograr su emancipación con un cambio de la estruc-
tura social. Yo estoy con esa última tendencia y pienso que además
de cambios en la estructura social, tiene que haber cambios en la
mentalidad, tanto del hombre como de la mujer. Porque hay bas-
tantes mujeres que son machistas…Bueno, eso tiene que cambiar.
Pero costará muchos años, los mismos años, quizás, que ha durado
el sistema patriarcal”.
Fuente: Memoria Chilena
Biblioteca Nacional de Chile
LA CHILE EN LA HISTORIA DE CHILE
E l e n a C a f f a r e n a
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