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Azun Candina
María Antonieta Mendizábal Cortés
Nacional, una vez que Ignacio Palma fue elegido presidente de la organización
57
. El trabajo
organizativo desplegado durante 1936 dio sus frutos y para 1937 la Juventud “se convirtió en
una entidad diferenciada del Partido Conservador”
58
.
De acuerdo a Grayson, cuatro hechos marcaron su consolidación como fuerza política
autónoma: el nombramiento de Leighton como ministro del Trabajo, la elección de Manuel
Garretón como diputado, el éxito masivo de su convención de ese año que logró reunir
más de 10 mil militantes en el Teatro Caupolicán y la transformación del Movimiento en
Falange. Con el éxito de la convención, los falangistas “sintieron probada su capacidad de
movilización, así como con las elecciones de marzo habían demostrado su capacidad de
convocatoria”
59
. También ese año otros seis diputados se sumaron extraoficialmente al Mo-
vimiento. Para entonces corrían los rumores sobre supuestas fricciones entre el Partido y su
Juventud, los que Horacio Walker se encargó de acallar durante la convención. Y aunque
esta terminó con
tono conciliador,
lo cierto es que “el movimiento ya no era un puñado de
estudiantes, dedicados a dar a los conservadores un revestimiento juvenil. La Juventud era
ahora ella misma una fuerte fuerza política”
60
.
Ese año se abría también la competencia para la elecciones presidenciales de 1938, y el 12
de diciembre de 1937 la Juventud propuso una quina de candidatos, abriendo oficialmente el
proceso decisional de la derecha
61
. Ninguno de los candidatos propuestos era militante con-
servador. Esta fue la respuesta de los falangistas frente una posible candidatura de Gustavo
Rengo; Sánchez y Garretón concentraron sus esfuerzos en Santiago; Ricardo Boizard organizó un Centro de la Juventud en
Talca; y Leopoldo Sabelle reclutaba miembros en Malleco. Otros, como Leighton y Palma viajaban de uno a otro extremo
del país para difundir el movimiento. Como varios Centros de la Juventud Conservadora echaban raíces, se hizo visible una
estructura organizativa”. Grayson, op. cit., p.135.
57
La militarización del movimiento se decidió por los permanentes choques entre fascistas y juventud social cristiana.
Pese a que el plan era ambicioso, nunca logró concretarse cabalmente en la realidad. Grayson indica que “Los uniformes
desaparecieron tan rápido como habían aparecido. El emblema, una flecha roja cruzada por dos barras, representa en único
rastro de la filtración de la Falange en el militarismo”. Ibídem, p. 147.
58
Ibídem, p. 139.
59
Moulian y Torres. Op. cit., p. 70.
60
Grayson. Op. cit., p. 144.
61
“La Juventud presentó los nombres de cinco figuras, cinco altamente respetados políticos, a quienes consideraban capaces
de conducir a la derecha en las próximas elecciones presidenciales. Por encima de todo, estos hombres habían demostrado
perspectivas progresistas en lo referente a la cuestión social. Ellos eran Jorge Matte Gormaz, Máximo Valdés Fontecilla,
Guillermo Edwards Matte, Jaime Larraín García Moreno y Francisco Garcés Gana. Al presentar a este grupo, las tensas
relaciones entre los dos grupos se manifestaron a la vista de todo el mundo”. Ibídem, p. 149.