Las frágiles clases medias.
Estudios sobre grupos medios en Chile contemporáneo -
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Orígenes de la Falange Nacional en el Movimiento de la Juventud Conservadora
las luchas, miedoso del combate, buscando combinaciones y dando apoyo a otros hombres y
a otras fuerzas políticas antes quienes se comportaban como el pariente venido a menos”
43
.
Los cálculos sobre la posibilidad de que finalmente se creara otro partido de confesión
católica
44
, eran los que preocupaban a Gumucio cuando alertaba sobre el peligro de que
“si existiera ese otro partido (católico), se irían a él los jóvenes a quienes se convenza en
contra del Partido Conservador. Y, militando en ese otro partido, trabajarían por los inte-
reses católicos en el terreno político. En tal caso, fuera del inconveniente de la división de
las fuerzas católicas; el daño de tal propaganda iría sólo en contra el Partido Conservador:
le quitaría elementos a este partido, sin producir la abstención de los católicos (…) Y, no
existiendo ese otro partido, la propaganda en contra del Partido Conservador no da otro
resultado práctico que el de producir la abstención de los católicos”
45
.
Por su parte, Silva Bascuñán también constataba que “algunos jóvenes… rechazan ac-
tualmente al Partido Conservador, y se mantienen alejados de él”. Pero difería con Gumucio,
pues “los intentos de organizar una colectividad distinta al Partido Conservador han fraca-
sado hasta ahora y todo induce a creer que fracasarán… porque no pueden imponerse sobre
éste que tiene una larga tradición impregnada de campañas en favor de la idea cristiana y que
está establecido y organizado en todos los rincones de la República”. De todas formas desta-
caba que “es altamente beneficioso para la Iglesia y para la Patria, lograr la unión política de
toda la juventud católica en torno al Partido Conservador”
46
.
Finalmente, y pese a las reticencias de sacerdotes como Larson o Vives, los anecistas se
afiliaron al PCC. En esta decisión influyó el mandato expreso del Episcopado a los jóvenes
católicos, la labor desarrollada por dirigentes como Gumucio y Horacio Walter y la nece-
sidad de contar con una tienda política propia
47
. En este sentido, el ingreso de Leighton al
43
Silva Bascuñán. Op. cit., pp. 19 y 20.
44
De acuerdo a Huneeus “es importante reconocer que los jóvenes católicos que fundaron el PDC (…) estaban creando
un nuevo movimiento fuera del Partido Conservador, que hasta entonces había sido el partido de los católicos”. Carlos
Huneeus;
Un partido político muy institucionalizado: la Democracia Cristiana en Chile
en Mainwaring, S. y Scully T.; La
Democracia Cristiana en América Latina. Conflictos y competencia electoral. Fondo de Cultura Económica, México,
2010, p.182.
45
Gumucio, R. Op. cit., p. 4.
46
Bascuñán. Op. cit., p. 43.
47
Según Alejandro Bascuñán, uno de los factores que influyó en la decisión de parte de esa juventud de ingresar al terreno
formal de la política fue la expulsión de Montero de la presidencia el 4 de junio de 1932, momento en el que “los jóvenes
de entonces comprobaron de modo convincente su falta de influencia política, porque ni su amor al sistema constitucional,