Gabriela Mistral: el libro y la lectura

114 Gabriela Mistral: El libro y la lectura El humanismo, a pesar de su precioso nombre, a poco de nacer se fue vol- viendo mercancía de tipo suntuario entre nosotros; él produjo grandes rectores de almas, como Bello y Hostos y algunas organizaciones bellas [...] La mayor desventura de nuestra América talvez sea haber liquida- do aquel método eterno antes de poseerlo de verdad y de que los volviese como formador de espíritu. Quedamos con la“miel en los labios”, según la expresión popular; no llegamos a su paladeo y menos todavía a la satura- ción de costumbre doméstica y nacional por esta materia 147 . 4.4. Epílogo del capítulo Gabriela Mistral amplía la labor del profesional bibliotecario más allá de los trabajos técnicos a los que ha sido vinculado tradicionalmente como el guardado, ordenamiento, cataloga- ción, préstamo y devolución de libros, y le otorga una res- ponsabilidad social de suma importancia, de hecho, tal vez la más importante dentro del pensamiento mistraliano: agente clave para el fomento lector, es decir, para el desarrollo cultu- ral. Esta importancia otorgada al bibliotecario continúa con el planteamiento de Mistral que presenta a la biblioteca, antes que nada, como servicio. El bibliotecario es el responsable de este servicio, es quien debe asistir a las necesidades lectoras. Asistencia que incluye, por un lado, acompañar en el camino del conocimiento a sus usuarios, guiándolos según sus reali- dades particulares; y por otro, generar en ellos el goce de leer, para que así se vinculen y animen en continuar un camino de lectura progresiva que les otorgue un bagaje amplio y crítico mediante el cual ir forjando cultura en forma evolutiva. En cuanto a la labor de acompañante de sus usuarios a modo de referencista personal, el bibliotecario lejos de imponer su visión y opinión sobre ciertas lecturas, debe pretender asistir 147 MISTRAL, Gabriela. Libros que hay que leer y libros que hay que escribir. Op. cit. v.1, p. 44.

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