LA POLÍTICA MUNDIAL HACIA EL SIGLO XXI:
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mientras que para los idealistas, éstas serán más fáciles de resolver. Unos ven la
inminente depredación de los recursos y el medio ecológico, y los otros una
fuente inagotable de nuevos alimentos, metales y productos como fruto de la
bioingeniería. Los que carecen de esperanza justifican "estados de emergencia y
de seguridad" permanentes para aliviar el colapso futuro; los predicadores del
progreso inagotable, en cambio, ven los problemas del futuro de la calidad de
vida en vías de solución, por cuanto recién se visualiza el potencial de esta tercera
revolución industrial.
Esta caricatura elaborada sobre la base de la tipología de Kahn en 'The next
2000 Years' (1976), con una imagen del futuro desesperada y otra de exagerado
optimismo, reafirma nuetra hipótesis que se ubica en una posición intermedia, o
una tercera imagen que combina en forma aleatoria elementos de una imagen
realista y otra idealista, alejándonos de cualquier maquiavelismo que justifique la
postergación de los Derechos del Hombre en función de futuros paraísos terre–
nales.
5.
¿HACIA UNA POLIARQUÍA INTERNACIONAL?
El régimen internacional del siglo xx se ha caracterizado por ser oligárquico y
aristocrático, en el sentido que el eje del Atlántico-Norte ha sido capaz de
imponer su primacía -una Pax Americana- desafiada por su rival la Unión
Soviética. Mañana es probable una poliarquía internacional.
El puzzle que enfrentamos es explicar un fenómeno que no ha ocurrido, y por
lo tanto, quien busque una lógica ex post facto quedará desepcionado. No
obstante, en el pasado y el presente del sistema internacional existen signos e
inercias que nos ayudan a resolver el puzzle, al menos en el plano de las
conjeturas. En este sentido se percibe un fenómeno de progresivo declinar de las
distancias "en" y "entre" las naciones, en el plano económico, social, cultural y
político. Producto de este proceso de declinar de distancias se vislumbra un
régimen internacional más poliárquico. Karl Deutsh (1979) ha comprobado cómo
en la medida que un país se desarrolla políticamente las distancias de todo orden
en su interior tenderán a disminuir.
Esta poliarquía internacional se asemejará a un intento de concierto mundial
basado en una mayoría de minorías que presionan por participar en las decisiones
que afectan a la sociedad mundial. El concepto fue tomado de la descripción que
hace Robert Dahl del sistema político norteamericano, al cual no lo define como
oligárquico, aristocrático ni democrático en el sentido convencional, sino como
una poliarquía.
