La sintonía con el inmaginario popular y militar le dieron bases sólidas para ser reelegido
en 1995. Sin embargo, en el período que corre hasta el cierre de este siglo, el Gobierno de
Fujimori muestra poca creatividad. En este sentido, se diferencia nítidamente de su período
anterior. ..
Los desafíos son ahora más complejos. Se trata de emprender la definitiva transformación
del Estado y esto va más allá de la privatización o la simple racionalización administrativa.
Es el período además, de las reformas sociales que también van más. allá de un simple
programa de compensación para los más pobres. Es el momento de emprender la reforma
de la justicia, de ese Poder Judicial que trata bien a los más poderosos y es duro con los
más débiles.
Es la oportunidad de emprender reformas de largo plazo que preparen a los ciudadanos
para la "sociedad del conocimiento" que anuncia la creciente globalización de la economía
mundial. Sin un avance en materia educativa, sin un nuevo cauce que implique mayor
igualdad de oportunidades, no es posible que las reformas económicas del período anterior
contribuyan a la reducción de la pobreza.
En el imaginario popular, después del sacrificio resultante del ajuste económico, venía la
cosecha de oportunidades pero resulta que estructuralmente no están dadas las condiciones.
Fujimori empieza a ser presa de su sesgo economicista, las inversiones no maduran como
se había pensado y los inversionistas tienen variadas opciones en el marco de la
liberalización que impulsa a su vez la globalización.
Se ha iniciado la ruptura de la sintonía con el imaginario popular.· Las organizaciones
populares empiezan a rearticularse y plantean crecientes demandas reivindicativas. Frente a
este hecho sólo cabrían dos opciones, o una acelerada maduración de las inversiones o una
fuerte iniciativa de gasto público, al mejor estilo populista, que pondría en riesgo la
estabilización económica y por ende la confianza de los inversionistas.
La pérdida de sintonía con lo popular refuerza la relación con el. imaginario militar,
robustecido por la derrota del terrorismo. Surge tempranamente y con claras violaciones
al
orden constitucional que el propio Gobierno aprobó, la opción de la reelección.
Frente a la interpretación constitucional interesada y avasallante de la mayoría gobiernista
en el Congreso, surgió el rechazo a la reelección de la mayoría de los magistrados del
Tribunal Constitucional. La respuesta oficialista fue la destitución de los mismos, lo que
ha generado un movimiento de protesta a nivel nacional, que fue muy difícil de predecir,
por su magnitud y composición social, por los estrategas del Gobierno.
¿Cuál es la promesa que podría plantear el intento de reelección contra lo que disponen las
normas constitucionales? Cuando se produjo la reelección de 1995 se dijo que era para
"que el Perú no se pare". Así lo entendió el pueblo y votó mayoritariamente a favor. ¿Pero
ahora qué?
.
.
Tenemos un Gobierno que agotó su programa. No tiene nada nuevo que proponer. De allí
que el imaginario popular entienda la persistencia en la reelección como un simple y llano
deseo autoritario de mantenerse en el poder.
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