LAS RELACIONES EXTERIORES DE ASEAN
y....
Japón bienes primarios y bienesintensivds en mano de obra:
La
masiva
inyección de capitales nipones en la región desempeña un rol importante
en la gestación de esta división regional del trabajo.
En
visión retrospectiva, es posible afirmar que el punto de inflexión
que dio paso a una nueva etapa de desarrollo en la región fue la firma de
los acuerdos del Hotel Plaza, en septiembre de 1985, por parte de los
ministros de finanzas del Grupo de los Cinco (Japón, Estados Unidos,
Francia, República Federal de Alemania y Reino Unido).
Los
repre–
sentantes de los gobiernos miembros se cómprometieron en Nueva York
a flexibilizar el régimen de cambios y a coordinar sus intervenciones en
el mercado mundial de divisas. Como consecuencia directa de los acuer–
dos, el yen japonés incrementó su valor en forma dramática y gatilló un
cambio fundamental en el rol que los
PARI
y los países de
ASEAN
desempeñaban en la estrategia productiva de las compañías japonesas.
Las
"keiretsu",
o grandes corporaciones niponas, obligadas a remontar el
golpe que la revaluación del yen significó para la competitividad de sus
productos, duplicaron en 1986 sus inversiones en Hong Kong, Corea,
Taiwán y Singapur. En los años posteriores, inyectarían también abun–
dantes recursos financieros en los demás países integrantes de
ASEAN,
superando éstos en 1990 los 3.242 millones de dólares, cifra que habría
que comparar a los 554 millones de dólares registrados en 1986 y a los
3.355 millones invertidos en los
PARi
en 1990.
99
Actualmente, la región
concentra cerca de 60% de la ayuda japonesa para el desarrollo, progra–
ma que alcanzó en 1990 la marca de los 9.000 millones de dólares.
1oo
Japón desempeña, en consecuencia, un rol determinante en las
economías de
ASEAN.
La subregión se transformó en un área de expan–
sión de empresas japonesas que aprovecharon ventajas como las diferen–
cias en los costos de la mano de obra y las menores exigencias impuestas
por la legislación ambiental.
·Los
países de
ASEAN
están interesados en
la cooperación japonesa para el desarrollo, conscientes que Japón tiene
recursos financieros abundantes y que el Sudeste asiático es un área
"natural" para la coóperación japonesa.
1
0!
En el cursode los últimos cinco
años, las firmas niponas han invertido 27 mil millones de dólares en el
Sudeste asiático, en tanto que las empresas estadounidenses han apor–
tado sólo 7.400 millones.
102
Por consiguiente, la inserCión de las econo–
mías domésticas, tanto en el mercado japonés como en la emergente
división regional del trabajo, es un objetivo central de las' políticas de
99
7ñe
Sundoy Tunes,
Singapur,
21
de julio de
1991,
p. l.
100
Far Eastem Economic Rcview,10
de octubre de 1991, pp. 67-69.
101
René Muga,
op. cit.,
pp. 10, 11.
lO:!
The
Washington Post NationoJ Weekly Edition,
19-25 de agosto de 1991, p. 24.