Sin embargo, los hombres no llegan solamente a esos extremos, van más
allá. Cuando la mayoría es reemplazada por la minoría de mayor influencia o,
más aún, por la minoria que manda o simplemente por los que mandan,
tendremos un equilibrio inestable que se derrumbará en cualquier instante y
producirá un daño inversamente proporcional a la dimensión de la concentración
de la decisión.
La justicia en el mundo -isi alguna vez ella existió!-., en menor o mayor
proporción ha desaparecido. Esa justicia de origen divino que todos confiesan
admirar, sólo se espera realmente que se cumpla en el Juicio Final. El hombre la
ha reemplazado por la "legalidad", un substituto por lo demás bastante mediocre,
si ella no está basada en los valores y deseos de toda la comunidad.
Sin embargo, desde la aparición de los Asentamientos Humanos, en la
Segunda Era del Hombre, siempre ha habido grupos fuertes que han tenido otra
alternativa para la "legalidad": el "mando", y también lo han legalizado.
Los seres humanos, en su mayoría son pasivos, tranquilos y dejan vivir.
No les gusta hacer actos violentos, no les gusta matar, herir, robar, ni violentar,
cuando los ven, los ubican o los conocen.
Otra cosa sucede, sin embargo, s¡' no son reconocidos, si pueden
disimularse bajo un "capuchón", si actúan a través de terceros, si los encubre la
obscuridad, la legalidad o la obediencia, si actúan a través de medios indirectos o
se interpone una responsabilidad colectiva y difusa
El hombre ejerce la violencia por temor y no la ejerce, también por temor.
Por un lado, mientras más temor tiene, más violento será. Por lo tanto la
tranquilidad de una comunidad será proporcional a la violencia latente que en ella
exista.
Una comunidad intranquila será poco violenta. Una comunidad muy
tranquila puede llegar a ser muy violenta, tal como un cartucho de dinamita
El gobierno de cualquier comunidad humana, salvo que se trate de una
horda, de una pandilla o de una banda, no se Conquista, ni se gana en un
concurso, ni se compra, no es un premio a nada, es una responsabilidad otorgada
voluntaria o involuntariamente por esa comunidad, es un servicio hacia esa
comunidad entera, sin excepción, a la cual se le debe rendir cuentas tanto como
solicitar instrucciones.
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