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Ética e Innovación Tecnológica
ciales. Mencionaré sólo un par que es
cercano para nosotros:
• El control de la inflación puede ser
bueno, pero siempre que el costo
social no sea demasiado alto.
• El uso de las aguas de los ríos para
la construcción de centrales hi-
droeléctricas puede ser muy bueno
si genera energía eléctrica, pro-
greso, empleos y bienestar para la
población, pero siempre que no
destruya el ecosistema, no afecte la
biodiversidad, no inunde campos
de uso agrícola, no deje gente sin
vivienda, etc.
Parece claro, entonces, que las aplica-
ciones tecnológicas no son éticamente
neutras y, por tanto, son susceptibles de
ser evaluadas éticamente. A veces, ello
no es igualmente evidente para la cien-
cia básica.
Evaluación ética de los medios y
los fines inherentes a la ciencia y
la tecnología
Un aspecto interesante y con claras
implicancias éticas, especialmente en
investigación tecnológica, dice relación
con los medios y los fines. Cuando los
medios que se eligen para alcanzar un
fin determinado son adecuados, se dice
que se ha hecho una elección racional
de ellos (esta es una parte importante
en los proyectos de investigación a los
cuales se postula). Si los medios o la
metodología no son apropiados, puede
peligrar la consecución de los fines de-
seados.
Pero, a veces, suele suceder que, aun
cuando la elección haya sido racional,
en la práctica dichos medios sean éti-
camente cuestionables. Por ejemplo,
para desplazarnos a lugares lejanos en el
menor tiempo posible (un imperativo
de nuestros tiempos) hemos debido au-
mentar la velocidad de desplazamiento;
para ello hemos inventado el automóvil
y el avión. El medio utilizado para lo-
grar esa velocidad son los motores que
combustionan bencina o petróleo; todos
sabemos que logramos el fin deseado,
pero con un resultado no intencional
que es la contaminación atmosférica. Lo
mismo puede decirse de la calefacción y
otras ejemplos similares.
En este sentido, no siempre es fácil o
posible hacer una evaluación racional
de los fines. Existen limitaciones para
juzgar qué fines de la ciencia son acepta-
bles. Algunos pueden ser irrealizables, o
poco prácticos, o ser incompatibles con
determinadas creencias y valores. Por
ejemplo, para tener una humanidad me-
jor clonaremos individuos inteligentes,
sanos físicamente, con sensibilidad para
la música y el arte; o para tener energía
eléctrica barata construiremos centrales
termoeléctricas que usen carbón. En el
primer ejemplo los resultados no son
previsibles y los medios para lograrlos
son altamente cuestionables; en el se-
gundo, sabemos que la combustión del
carbón de piedra es muy contaminan-
te. Debemos, por lo tanto, buscar otros
medios para lograr los mismos fines:
mejorar los sistemas de educación, salud
y alimentación, en el primer caso, bus-
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