N° 41, diciembre de 2006
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Bioética como método
B
asta consultar en alguno de los sistemas de búsqueda en Internet por
“bioética” y aparecen numerosas referencias a sitios, instituciones y
documentos que contienen esa palabra, en cualquier idioma que se esco-
ja.
Esto refleja un interés universal por el significado de la bioética. También
señala que sigue estando de moda y que numerosas universidades implan-
tan cursos y diplomados que prometen enseñarla.
Examinando más de cerca las ofertas se deja ver que existe gran variedad
de perspectivas sobre lo que es la bioética, su estatuto epistemológico y
profesional, sus fines, sus métodos y, finalmente, su importancia. En no
pocos casos, parece ser el valor cosmético de la palabra lo que alienta en
diversas iniciativas, no el contenido sustantivo de los temas.
Tal vez sea bueno recordar que no hay “temas” intrínsecamente bioéticos,
por más que la discusión pública se centre en eutanasia, aborto, reproduc-
ción asistida, anticoncepción de emergencia, matrimonios entre personas
del mismo sexo, violencia intrafamiliar, por sólo citar algunos. Cualquier
asunto que interese a las personas o afecte su convivencia puede ser “bio-
éticamente” abordado.
El significado de esto es que la bioética, lejos de definirse por unos con-
tenidos, quedaría mejor identificada como una forma de usar las delibe-
raciones morales para formular, articular y fundamentar principios, para
aplicarlos en circunstancias específicas y para identificar núcleos dilemáti-
cos en la vida social. Es el empleo de todas las tradiciones éticas, de todos
los niveles de reflexión y análisis en el marco de una cultura dialógica que
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