N° 40, septiembre de 2006
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Políticas públicas, servicios de salud y
bioética. Un foro internacional
L
a agenda valórica de las comunidades profesionales se condensa en
determinados núcleos problemáticos. Las profesiones, esas respues-
tas institucionalizadas que se configuran con base en el conocimiento, los
abordan según sus racionalidades predilectas. Los economistas los refra-
sean en términos de escasez, los médicos en función de las enfermedades
y los juristas como desafíos a la lógica de las instituciones, los contratos y
las penas.
La bioética es un intento “pontifical”: tiende puentes entre racionalidades,
entre personas, entre grupos, entre intereses sociales. Esta noción de puen-
te no es la que proponía Van Rensselaer Potter, mas es la que mejor iden-
tifica esta función interpeladora, englobadora, abarcadora, de la bioética.
Se puede decir que el discurso bioético es un meta-discurso, un discurso
de discursos, que ojalá pudiera liberarse de los lastres confesionales o dog-
máticos y las creencias de sus cultores individuales. El “modo geométrico”
spinozista de concebir la ética no es quizá la mejor descripción, pero el pa-
pel técnico de la bioética en un sentido secular y amplio se liga ella como
un ideal practicable.
Durante el Octavo Congreso Mundial de Salud Pública, realizado en Río
de Janeiro, Brasil, entre el 22 y el 25 de agosto de 2006, el Programa de
Bioética convocó a un grupo de expositores a reflexionar sobre las inter-
faces entre salud pública, políticas públicas y discurso bioético. Entre los
ponentes se contó la Directora de
OPS
, Dra. Mirta Roses, quien resumió
el trabajo de la Organización desde que se fundara el Programa en 1994
y destacó sus orientaciones principales. El Dr. Carlos Castillo-Salgado re-
lacionó la bioética con el Campus Virtual en Salud Pública, herramienta
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