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fin,
porque
algunos
contemporneos
sin
equidad
ni
cono-
cimiento
perfecto,
dominados
por
un
espritu
rencoroso
age-
no
de
corazones
generosos,
les
pluguiese
trasmitir
manchado
con
horribles
crmenes
un
ciudadano eminente
y
notable
por
sus
reconocidas
exelencias,
y
por los dist
nguidos
servi
dos que
rindi
su
ptria
desde
los
primeros
albores de
la
guerra dela
independncia,
dndole
muchos
dias
de
gloria,
como
efectivamente le
di
el
general
Carrera.
Porque
si
mas
tarde
su
fatalidad
lo
forz
dirigir
sus
pasos por
una
senda tortuosa
y
estradada del buen
camino,
no
es
digno
de
almas nobles
ni
de
la
imparcialidad
de la
historia
desentenderse
y
olvidar,
que
sus
tenaces
y
despiadados
ene
migos
no
le
dejaron
otra via
de
cleccion
para
defender
su
persona
jtan
perseguida!
amenazada de
csterminio el dia
que
la
hubiesen
Ias
manos.
Por oiro
lado,
si
Carrera
peco,
sus
faltas las
mas
graves
los
lrombrvs
de
su
poca
las
cometieron ai
mismo
tiempo
que
l;
y
son
tantos
los
pecadores
y
en
todoslos
teatros,
cuyos
gravsimos
errores
quedaran
ocultos
inapercibidos
porque fueron felices
para que
no
les
presente
en
relieveel
buril
de la
historia,
que
es
por demas
patente
la
zaa
y
la
parcialidad
con
que
la
envfdia
y
el
dio
poltico
se
han
ceba-
do
en
lapersonalidadde
Carrera,
ai
mismo
tiempo
que
ha
so-
focado
con
el
incienso
de
la
mas
exagerada
adulacion
y
ele
vado hasta las
nubes,
los
pronombres
del
partido opuesto
entre los
que
se
encuentran
no
poos
muy
merecedores
en
verdad,
defundadas
inculpaciones
por las
grandes
fal.as
que
cometieron,
y
hasta
por
prevaricatos
en
su
vida
pblica
cuan
do cstuvieron
encumbrados
cn
la
silla
del
poder.
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