Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes

131 C apítulo 2: ¿C ómo diseñar tareas de escritura ? E scribir y evaluar ... 6. ¿C ómo evaluar una tarea de escritura ? 6.1. Enfoques de la evaluación de la escritura Como se ha indicado en la segunda sección de este capítulo, la evalua- ción tiene por propósito recoger información relevante sobre los saberes, prácticas y actitudes de las y los estudiantes a lo largo de todo el pro- ceso de enseñanza. Por lo tanto, esta cumple diversas funciones, como, por ejemplo, una función formativa , pues se espera que el estudiante aprenda con ella; una función reguladora , ya que a través de ella es po- sible analizar y problematizar tanto las prácticas de enseñanza como de aprendizaje; una función pedagógica , pues ayuda a reconocer los avan- ces y nudos críticos del aprendizaje; y, finalmente, una función comuni- cadora , pues promueve la retroalimentación y el diálogo en torno a las metas de aprendizaje, contribuyendo así a la generación de un clima de aula apropiado para tales propósitos (Hamodi et al., 2015). Los modos de evaluar también ponen en evidencia las racionalidades docentes acerca de cómo se debiera enseñar y orientar las prácticas que conforman el proceso formativo; en otras palabras, la evaluación influye en el aprendizaje y en el comportamiento estratégico de los estudiantes (Santos Guerra, 1999). Por ejemplo, las pruebas escritas con preguntas abiertas promueven el uso de estrategias de naturaleza cognitiva, mien- tras que aquellos dispositivos que proponen casos prácticos suelen in- centivar procesos de mayor demanda cognitiva (Sanz, 2010), es decir, promueven acciones en donde los individuos toman mayor conciencia acerca de las diversas maneras de abordar una situación problemática, incentivando el desarrollo del aprendizaje auténtico. En el contexto de las tareas de escritura, los trabajos escritos indivi- duales incentivan el uso de estrategias tanto cognitivas como metacogni- tivas, además de las de procesamiento de la información, mientras que los trabajos escritos grupales, junto con promover las estrategias ya refe- ridas, contemplan la dimensión actitudinal (responsabilidad con los pa- res, trabajo en equipo, gestión del tiempo, etc.) y todas aquellas prácticas vinculadas a la acción profesional (Navaridas, 2002). No es lo mismo evaluar que calificar. Como se ha dicho, evaluar es una acción que apunta fundamentalmente a recoger información a lo lar- go de todo el proceso formativo, por lo que solo el hecho de observar las conductas y prácticas de los estudiantes durante alguna exposición o actividad es también una forma de evaluación, en la medida en que esto contribuya a reforzar o modificar los aprendizajes. La calificación, en cambio, corresponde a la formulación de un juicio de valor en forma

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=