Inter- y transdisciplina en la educación superior universitaria: reflexiones desde América Latina

Núcleo de Investigación en Inter- y Transdisciplina para la Educación Superior (NITES) INTER ! Y TRANSDISCIPLINA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR LATINOAMERICANA 284_ Sección III: Experiencias de inter- y transdisciplina Estudios transversales en humanidades para las ingenierías y ciencias: un aporte a la formación transdisciplinaria del AH, para proyectarse como un área donde es posible desarrollar la transdisciplina, lo cual queda en evidencia en el surgimiento de varios cursos nuevos que asumen este enfoque, así como en otras actividades formativas que se despliegan en el área, en las cuales también se inte- rrelaciona con otras unidades docentes o académicas de la FCFM. Antes de profundizar en esta temática, a continuación, revisaremos brevemente los conceptos que van a sostener nuestro análisis poste- rior, a saber: multidisciplina, interdisciplina y transdisciplina. Marco conceptual Tanto para el “mundo occidental” como para el que no se considera como tal, el conocimiento holístico no es nada nuevo. De hecho, los " ló- sofos occidentales de la antigüedad no fragmentaban su conocimiento y no estaban preocupados si éstos adscribían o no a una determinada disciplina. También en el Renacimiento europeo, " guras como Leonar- do Da Vinci, Miguel Ángel y Galileo Galilei, entre otros, dan cuenta de esta concepción amplia del conocimiento, donde los cruces entre las disciplinas se daban de forma “natural”. Asimismo, en las culturas de “oriente” y en la cosmovisión de los pueblos indígenas de lo que hoy se conoce como “América” el conocimiento tampoco se adscribe a disci- plinas y ni siquiera requiere de la ciencia para comprender su mundo. En efecto, el conocimiento fragmentado de la realidad, a través del mé- todo cientí " co, tiene su origen en el siglo XVIII en Europa, a partir de la Ilustración (ver Monares 2012). Si bien ello ha permitido un gran avance del conocimiento cientí " co y del desarrollo tecnológico, ha traído apa- rejada una in " nidad de problemas, al no prever relaciones entre dis- ciplinas, focalizarse más en las partes que en el todo y subestimar el conocimiento no cientí " co. Estos problemas ya fueron detectados tempranamente. Por cierto, se ha planteado que la interdisciplina surgió en el siglo XIX o a comienzos del siglo XX, coincidiendo varios autores en que el término habría sido introducido por primera vez en 1937 por el sociólogo Louis Wirtz (ver Klein-Thompson 1996, 2011; Llano-Arana et al. 2016). Esto converge con el surgimiento del pensamiento sistémico complejo, a partir del cual se postula que un sistema complejo no puede ser entendido a partir de

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