La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena

184 Más financiamiento en educación y un mejor diseño de la subvención es ampliamente compartida la idea de que estos deben distribuirse de modo de asegurar que los estudiantes, independiente de su origen social, tengan la oportunidad de obtener un desempeño educativo similar. Este objetivo impo- ne algunas restricciones al modo en que se distribuyen los recursos públicos. Aquellas deben idealmente provenir de un modelo teórico y de la estimación empírica que lo valide. En la medida que modelo y estimaciones se van per- feccionando la respuesta respecto de cómo debe distribuirse el presupuesto público en educación se va precisando. En nuestro país hay todavía una discusión muy incipiente respecto de la forma específica como deben distribuirse los recursos públicos en educación. Por supuesto, esta se entremezcla con otros aspectos que trascienden las de- cisiones de financiamiento, pero que afectan su uso. El ejemplo más evidente es el estatuto docente que contempla una serie de beneficios definidos en negociaciones centralizadas y que restringen la libertad con la que se pueden emplear los recursos que los estudiantes traspasan a los establecimientos edu- cativos una vez que deciden asistir a ellos. Esto es particularmente relevante para los establecimientos municipales. Por eso que una discusión sobre fi- nanciamiento de la educación trasciende aquella que se concentra solo en los montos necesarios para asegurar una educación de calidad y en la forma en que deben distribuirse los recursos. En este documento, más allá de reflexiones tangenciales, se obviarán aspectos como este para concentrarse solo en aque- llos que dicen directa relación con el diseño de un sistema de financiamiento que apoye el objetivo de lograr una calidad mínima para todos los estudiantes. Se sugieren, además, criterios para lograrlo de manera efectiva y eficiente. La próxima sección se aproxima a esta discusión presentando un breve recorrido sobre financiamiento en educación en el mundo. La tercera sección introduce muy sucintamente algunos criterios para lograr el mayor impacto posible del gasto en educación. La cuarta sección propone herramientas para lograr el diseño apropiado del sistema de financiamiento y explora algunos valores ten- tativos. El capítulo siguiente introduce el debate que genera el financiamiento compartido e indaga respecto de si su existencia impone alguna restricción adicional al sistema de financiamiento de la educación. Un último capítulo, a modo de conclusión, reflexiona acerca de incorporar el debate sobre el finan- ciamiento de la educación municipal. Las condiciones en las que se desenvuelve la educación en un país depen- den en forma importante de los recursos que se asignen a ella y de la manera en que estos se distribuyen. Por supuesto, no hay un solo esquema posible de asignación de los recursos. Son varios los países que financian directamente a sus establecimientos a través del presupuesto público (en general de los go- biernos locales), otros que pagan directamente las remuneraciones y, además,

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