La agenda pendiente en educación: profesores, administradores y recursos: propuestas para la nueva arquitectura de la educación chilena

135 Gregory Elacqua, Soledad González, Paula Pacheco alcalde. Se analizan las ventajas y desventajas de cada modelo, y finalmente se exponen algunas conclusiones. B reve descripción del sistema escolar chileno Durante 1980, el sistema escolar chileno experimentó una importante reforma impulsada por el gobierno militar (1973-1990). A través de ella, se descentralizó la administración de los establecimientos educacionales, transfi- riendo las responsabilidades administrativas de las escuelas públicas desde el Ministerio de Educación hacia las municipalidades. Adicionalmente, cambió el sistema de financiamiento de los establecimien- tos públicos y de la gran mayoría de los privados. El sector público continuó siendo financiado desde el nivel central, pero las municipalidades comenzaron a recibir dicho financiamiento a través de subsidios por cada alumno matricula- do, con lo que la pérdida de matrícula comenzó a tener efectos directos sobre el presupuesto educativo. Asimismo, los colegios privados que no cobraban matrícula comenzaron a recibir la misma cantidad de recursos por alumno ma- triculado que los establecimientos públicos. Los colegios particulares pagados continuaron con el mismo régimen de financiamiento, sin recibir recursos del Estado. Como muestra la figura 1 (ver página siguiente), la reforma produjo un masivo cambio en la distribución pública y privada de la matrícula básica y media, así como una importante proliferación de establecimientos privados. En 1980, el 14 por ciento de los alumnos asistía a establecimientos particulares subvencionados y cerca de un 6 por ciento lo hacía a los colegios particulares pagados sin subsidio. La proporción de estudiantes en establecimientos parti- culares subvencionados aumentó a 28,6 por ciento en 1985, 32,4 por ciento en 1990, y a más del 43 por ciento en 2005. Este crecimiento se produjo principal- mente a costa de la matrícula pública, que fue cayendo de manera importante. La matrícula en establecimientos particulares pagados, cercana al 7 por ciento, se mantuvo estable, con lo cual el cuadro general del sistema educativo chileno muestra actualmente una similar proporción de matrículas en el sector público y en el privado (subvencionado y pagado). Es importante aclarar que este reemplazo ocurrió en un marco de aumento de la matrícula y cobertura, especialmente en la educación media. Por ejemplo, entre 1990 y 2005 el número de alumnos matriculado en ambos niveles aumentó en cerca de 17 por ciento (Cox, 2003). En sectores más densamente poblados, particularmente en la Región Metropolitana, la matrí- cula total para el sector privado es aún mayor, cercana al 70 por ciento.

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