Mejorar la educación : aprendizajes desde la investigación educativa

La escuela: ¿(re)formación o liberación? 125 formación. Son etapas de preparación para la verdadera vida, la adulta. En esta última es donde realmente se puede participar en la vida social y política; las anteriores son consideradas etapas preso- ciales. Niños, niñas y adolescentes, en su condición de inferioridad o de carencia de algo (racionalidad), necesitan ser educados/as moral y políticamente a partir de la potencialidad que anida en su ser. En esto hay un reconocimiento de que en el presente los niños, las niñas y los/as adolescentes aún no son (lo deseable). Concluyendo… A modo de conclusión, podemos proyectar que la escuela tradi- cional construida bajo los ideales de la modernidad debe transfor- marse desde sus cimientos superando reformas y maquillajes que se realizan de manera permanente, pero que terminan por perfeccionar lo ya existente. Esta forma de operar deja desfasada a la institucio- nalidad escolar, la que se ve anquilosada en la retaguardia de los procesos de transformación contemporáneos. Hay que hacerse cargo de un nuevo tipo de sujeto que se socializa bajo nuevas y complejas experiencias; dinámicas de globalización; imposición de modelos e ideales neoliberales; masificación de la cultura de consumo; procesos de fragmentación social y competen- cia; desarrollo vertiginoso de nuevas tecnologías de información y comunicación; y cambios profundos en la concepción del trabajo y de las formas de producción. Esto trae aparejado nuevos desafíos y dificultades para la educación y la escuela. Pese a las evidentes transformaciones de nuestra sociedad, la escuela no se ha transformado, anidando, de esta manera, choques, tensiones, conflictos y crisis. Los niños, las niñas y los/as adolescen- tes que se alojan en las aulas son distintos/as a los/as de antaño, y plantean nuevas exigencias.A su vez, existen innumerables esfuerzos por construir no solo una escuela diferente, sino que una sociedad distinta con ideales divergentes a los hegemónicos que no pueden ni deben quedar al margen, ignorados y/o subalternizados. La cultura institucional exige incorporar acciones de apertura y flexibilidad que reconozcan e integren la multiplicidad cultural