Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos

63 actividad autónoma, de acuerdo con su maduración orgánica y nerviosa. De esta manera, se puede observar como Goldschmied y Pikler coinciden en valorar y defender la importancia del respeto hacia el momento madurativo y evolutivo del niño, en el que el adulto solo es un observador, una presencia que no injiere en la acción del niño. En coherencia con lo planteado por Del Carmen (en Bassedas 2013: 127), el planificar conlleva a diferentes beneficios y uno de ellos es favorecer una toma de decisiones en base a una reflexión y fundamentos teóricos y empíricos. Es decir, lo que se hace y para qué se realiza, no es al azar. Se debe basar en un diagnóstico participativo, en este caso en conjunto con el equipo de trabajo y la familia. De esta manera la reflexión crítica es una exigencia de la relación teoría/ práctica, de manera que, si está ausente, la “teoría puede convertirse en palabrería y la práctica en activismo” (Freire 2004: 11). El desarrollar una reflexión y posterior planificación, permite además detenerse y tener presente las capacidades, conocimientos y experiencias previas de los niños y niñas con los cuales se trabaja, de manera de enlazar los nuevos conocimientos. Para tal efecto, los(as) educadores(as) deben diseñar experiencias de aprendizaje abiertas y flexibles, pero antes detenerse en cómo están conceptualizando a las infancias y, por ende, a los niños y niñas que está apoyando en su proceso educativo. 2.2. Algunas conceptualizaciones referidas a la planificación educativa En coherencia con el título de este libro, es necesario ofrecer alguna definición de planificación educativa (o planeación como se le dice en muchos países) y específicamente la planificación de experiencias de aprendizaje a mediano o corto plazo con la cual nos identificamos. Al respecto, es importante reconocer que su conceptualización y enfoque pueden ser diferentes y, por tanto, conllevar concepciones de enseñanza y aprendizaje. Por esta razón hay personas que se han alejado de este término, acercándose más a una proyección, de manera de no encasillar o predeterminar el rol del adulto y especialmente de los niños y niñas. Otras personas señalan que es mejor no planificar, ya que limita demasiado. Sin embargo, desde el campo educativo y como profesionales de la educación se debe anticipar lo que se hará. Es, como señala

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