Planificacion y evaluacion para los aprendizajes en educación infantil desde un enfoque de derechos

241 3.10. Participación de los niños y niñas en la evaluación La evaluación ha de dar voz a los participantes en tales condiciones de libertad que sea posible garantizar la opinión verdadera. Santos Guerra Es indispensable la participación de los niños y niñas como protagonistas del proceso de enseñanza y aprendizaje. No deben ser receptores. Al respecto la autoevaluación cobra gran relevancia, siendo una estrategia clave que permite al educador(a) recabar información a través de los propios participantes en torno a las prácticas pedagógicas. Los niños y niñas deben participar con sus pares compartiendo sus opiniones, sus progresos, sus formas de mirar las vivencias, esto ayudará a hacerlos más sensibles, más solidarios, asertivos y empáticos. Tal vez en este nivel se aleje mucho más que en otros a una evaluación objetiva, sin embargo, con el simple hecho de consultarles al final del día a los niños y niñas: ¿Qué es lo que más te gustó de lo que hicimos hoy?, ¿qué te hizo sentir triste o feliz?, ¿qué aprendiste hoy? u otras preguntas, nos permiten conocer su percepción de la realidad (Manhey 2011). Con respecto a las experiencias previas en una etapa de diagnóstico, se debe indagar con las familias o bien en el caso de los niños y niñas más grandes a través de preguntas: ¿Qué se sabe sobre el tema? Al preguntárselo a los niños, probablemente sorprenderán con el conocimiento de diversos temas y así el educador tomará como punto de partida del aprendizaje lo que ellos saben. ¿Qué quisiera saber? Así se puede indagar en torno a intereses de los niños y niñas, sus fantasías e inquietudes. ¿Qué he aprendido? A través de ello, los niños y niñas podrán hacer metacognición, además el(la) educador(a) podrá saber qué le impactó a los niños y niñas. En una etapa formativa, durante el proceso, un ejemplo:

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=