Palabra Pública N°26 2022 - Universidad de Chile

LA DESINFORMACIÓN NOS SUPONE DÉBILES POR ENRIQUE NÚÑEZ MUSSA COLUMNA La intención de desinformar se manifiesta ante el miedo a perder poder, lo que ha quedado demostrado en las campañas del Apruebo y el Rechazo: noticias falsas, interpretaciones antojadizas e información distorsionada han llenado las redes sociales y hasta los medios de comunicación. ¿Es posible un voto informado en este escenario? U na imagen junto a la otra. La primera, del 2009; la segunda, del 2017. En la más antigua, el pasto que antecede al ala oeste del Capitolio luce repleto, en la segunda, se hacen evidentes los espacios vacíos. En la de la izquierda, jura como presidente Barack Obama, en la de la derecha, lo hace Donald Trump. La clara diferencia en la cantidad de personas no importó a Sean Spicer, el en- tonces secretario de Prensa de Trump, quien en su primera conferencia afirmó que la toma de posesión del mandatario se trataba de la más concurrida de la historia. Su primer acto público comenzaba con una mentira. La prensa confrontó al equipo ante la exageración, y la respuesta de Kellyanne Conway, asesora del entonces presidente, fue que se habían presentado “datos alternativos”. Esa expresión sintetiza un componente esencial del problema que significa la desinfor- mación: la verdad no es suficiente. Poco y nada sirvió la evidencia para que los adherentes de Trump acusaran diferencias en el momento del día o las condiciones climáticas de ambas postales para explicar las disimilitudes, llevando a que fuese necesario aportar datos Fabián Rivas adicionales, como las cifras del transporte público de quienes llegaron al evento. Ese relato paralelo estableció desde el pri- mer día la oposición entre la legitimidad del ejecutivo y la de la prensa, y de paso, plantó la semilla de la toma del mismo edificio al final del gobierno, en 2021, en un violento in- tento por invalidar las elecciones. Por lo tanto, además de la mentira, la complejidad del problema está en la disposición a creerla y en quienes controlan los circuitos de validación, que van nublando la verdad con su discurso. Aunque sería un ideal racional de estos tiempos, los seres humanos no siempre depositan su confianza en la eviden- cia. Están en juego, por ejemplo, la identidad y el sentido de pertenencia a una comunidad discursiva, donde se en- cuentra la validación de los pares. Se trata del lado menos romántico del apasionamiento, que se traduce en una inter- pretación sesgada de la realidad, en gran medida impulsada por alguna motivación emocional, como puede ser el miedo, la obtención de un beneficio o el estatus. La desinformación se manifiesta, en especial, en escenarios polarizados, donde el temor lleva a convertir a los contendores y sus propuestas 24

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=