Palabra Pública N°17 2020 - Universidad de Chile

intervención en lo que hacen los privados en materia sanitaria? Efectivamente, la autoridad sani- taria ha tomado el control de la red pública y privada de salud y la ha coordinado en forma centralizada. Nosotros, diariamente, debemos in- formar sobre nuestra ocupación de camas y nuestra disponibilidad de recursos. Pertenecemos al área norte de Santiago y en la actualidad tene- mos semanalmente reuniones con las autoridades del Servicio de Salud Norte para coordinar nuestra activi- dad asistencial. El Hospital Clínico de la Universidad de Chile es públi- co, como lo es toda la Universidad, pero es considerado parte de la red privada de salud. Creo que hoy debe- mos volver a plantear cómo debiese ser reconocido el rol público que jue- ga nuestro Hospital en la formación de especialistas, pero también en la solución de problemas sanitarios del área norte de Santiago y de problemas complejos de salud a nivel nacional. La salud pública chilena es muy fuerte, pues atiende al 80% de nues- tra población y las políticas de salud pública comprometen a la red pública y privada de salud, pero hace falta discutir las lógicas de funcionamiento de ambos sistemas. Es muy difícil la convivencia de dos sistemas que trabajan de manera diametralmente distinta. En el área pública, para acceder a un especialista, una persona debe ser derivada por un médico ge- neral, como ocurre en Alemania y en el Reino Unido, pero en el sistema privado uno puede acceder a un especialista rápidamente, y sólo por una decisión perso- nal avalada por la capacidad de pago. ¿Cuál es el resultado? Todos quieren más es- pecialistas porque los más ricos acceden a ellos, lo que no es posible ni necesario. —¿Cuál es su evaluación de la estrategia de "nueva normalidad" y poste- rior "retorno seguro" que está implementando el gobierno? Es complejo el tema. Cualquiera sea la nominación que utilicemos, debe- mos convivir con el agente patógeno por mucho tiempo, y se puede mientras tomemos dos medidas muy importantes: el lavado de manos y la distancia física entre las personas. En algunos países no se han necesitado controles para que la gente tome las precauciones necesarias. Debemos también considerar la experiencia de los hospitales, donde muchos funcionarios se han infectado en los comedores o en las pausas, donde se relajan las medidas de seguridad y no se respetan las distancias físicas. No sacamos nada con estar encerrados en nuestras casas si vamos a ir a la feria y no vamos a guardar la distancia física. Tampoco necesitamos que trabajen presencialmente funcionarios que pueden hacerlo muy bien desde sus casas, pero no podemos tener funcionarios en sus casas y, a la vez, a la población aglomerada pues no abrimos suficientes su- cursales de servicios básicos. Es muy complejo y no se puede generalizar. Las cuarentenas son muy duras y mucha gente no las puede respetar porque vive hacinada o porque tiene que buscar su sustento. —En el actual contexto hemos visto gestos de enorme solidaridad hacia personas que están pasando por situaciones críticas, y otros cuestionables, como el de quienes insisten en llegar a sus segundas viviendas a pesar de Hospital Clínico de la Universidad de Chile 29

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