Palabra Pública N°15 2019 - Universidad de Chile

que el conocimiento se compra, pero en realidad es- tamos comprando tecnología, no conocimiento, y eso nos hace dependientes del conocimiento extranjero. Ellos son los que terminan vendiendo alambres de co- bre y nosotros produciendo el cobre. Y mientras no nos volquemos a una sociedad del conocimiento, esa dife- rencia se va a mantener. —En este horizonte que abre la inteligencia artifi- cial, ¿corremos el riesgo de seguir llegando tarde? Por supuesto. Esto implica un apoyo inicial de recur- sos y es problemático, porque muchas veces no se entien- de por qué se debe invertir en ciencia, dicen que es caro, habiendo otras necesidades de país más importantes. La respuesta es que uno no puede predecir con exactitud dónde la ciencia va a dar sus frutos y, por lo tanto, tiene que generar una masa crítica de científicos. —¿Cómo explicaría la relevancia que tiene la cien- cia para el país? El ejercicio de preguntarse y responderse es superim- portante. El pensamiento crítico, que es parte funda- mental de la ciencia, es una enorme herramienta para las personas porque les da poder, les permite tomar buenas decisiones basadas en el conocimiento. Yo digo que la ciencia es la herramienta democrática más poderosa que puede tener un país, no sólo por el producto científico, sino porque la práctica científica empodera. Las demo- cracias se basan en el aporte de las personas, de poder contribuir con sus reflexiones y sus decisiones. ¿Por qué ciertos países son los más poderosos? Porque tienen po- der científico y ese poder está basado en la ciencia que tienen. ¿Y quién lo entendió ahora? China, que está po- niendo cuatro y tanto por ciento de su PIB en ciencia, porque eso les va a dar poder, poder y desarrollo. “El debate de la inteligencia artificial tiene relación con el cerebro, porque por primera vez lo que busca la tecnología no es reemplazar las habilidades físicas de las personas, sino las habilidades mentales”. 38

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