Palabra Pública - N°7 2017 - Universidad de Chile

Lo que está en juego en nuestros días es la posi- bilidad de que después de casi 45 años, las uni- versidades del Estado puedan recuperar parte de su proyecto educativo: esto es, el de ser universi- dades públicas, universales, gratuitas y pluralistas. Ninguna universidad que tenga un solo enfoque, ya sea confesional, sectorial o como parte de una agrupación política, puede implementar un pro- yecto social en el campo de la cultura y de la in- vestigación, y en el desarrollo de la democracia, o ser un factor igualitario en una sociedad con un carácter tan discriminatorio como la nuestra. En este sentido, la universidad estatal debe volver a proyectar cultura, a generar las ideas de nuestra época y de los tiempos que vienen. Por eso, no sólo es necesaria la investigación científica llama- da “exacta” o “dura”, sino que es imprescindible renovar el campo de las ciencias sociales y las humanidades; hacer que nuestros estudiantes no sólo aprendan a manejar máquinas y tecnología, sino también a pensar y crear en un universo que la virtualidad ha ampliado, pero también atrofia- do. La universidad-mercado no es universidad, es una feria. Crear e innovar en la era de la imagen y del exceso de información, más que un problema debe ser un desafío. Pero para eso se requiere un Estado que apueste por ellas, política, económica y culturalmente, y no siga dejándolas a la deriva del mercado neo y post liberal. “La universidad-mercado no es universidad, es una feria. Crear e innovar en la era de la imagen y del exceso de información, más que un problema debe ser un desafío”. P.54 P.P. / Nº7 2017 / Dossier

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