Palabra Pública - N°7 2017 - Universidad de Chile

Nacida en 1980 en Coyhaique, Ivon- ne Coñuecar, en pocos años, ha obteni- do una cantidad no menor de reconoci- mientos, sin embargo, su obra permanece aún oculta, como le sucede a tanto poeta, alejado de la autoglorificación y la con- vivencia con grupos de poder mediático regional o metropolitano. Trasandina es su quinto poemario, con- formado por 39 textos en verso, con un fuerte componente narrativo, que en su conjunto pueden leerse como un diario de vida fragmentado, adscrito a una ruta temporal donde la linealidad se une a la intensidad, para luego ser combatida por el montaje de sucesos y visiones que final- mente confluyen en una estructura circu- lar. Se trata, por lo mismo, de un volumen cargado de reiteraciones, donde la violen- cia emerge en principio con cautela para luego inundarlo todo. A través de una primera persona, la voz femenina experimenta una vida arruinada y un suplemento, la sobrevida, otorgada por la escritura y la autodeterminación para ir más allá de la destrucción. El yo lírico, de tal forma, opera como una ma- triz que aglutina, a lo menos, seis núcleos de sentido: infancia, violencia, corpora- lidad, escritura, sobrevivencia y arraigo/ desarraigo. Sin duda, aunque terminarán jerarquizados, infancia, escritura y noma- día conforman el eje de la voz que lleva este poemario. Entre el desarraigo y la reformulación de la memoria POR PATRICIA ESPINOSA H. CRÍTICA DE LIBROS Estamos ante una escritura de un yo que no se amilana ante la po- tencia del entorno ni menos se niega a establecer vínculos con el fuera, que la rechaza. Por lo mismo, esta hablante convoca a la escritura y con ello, al en- torno, la ciudad, los otros, mar- cando de forma permanente, un interior y un exterior. A la vez, se vuelca hacia dentro, conformando un mundo propio, apresado por su in- fancia, así dice: “siempre seré una niña/ la infancia será siempre mi patria/la infancia será siempre mi historia/la obra gruesa, mi no lugar/el destiempo/la no concien- cia de los padres/el cuerpo a prueba de golpes” (25) para luego agregar: “mi in- fancia será siempre/ huir” (ibíd.). La mu- jer que presenta esta escritura ha huido y seguirá huyendo, llevando consigo un lugar de origen maldito. La imposibilidad del desprendimiento implica la no supe- ración del trauma y, por ende, la pervi- vencia de lo acontecido. Es relevante en la conformación de su figura “niña”, la conciencia de orfandad, pero sí posesión de una historia y un origen; mientras la patria es rechazada en el perpetuo viaje que emprenderá la mujer, la infancia (la historia) es asumida como una etapa cen- tral en su vida en tanto es allí donde surge la resistencia física y el deseo de huir. Uno de los aspectos más destacables del volumen es la exposición del daño, el cual Trasandina de Ivonne Coñuecar jamás deja de aparecer acompañado de un gesto de sublevación. La identificación del poder, del enemigo, donde se ubican in- cluso sus padres, hace emerger la opción de confrontarlos. Su cuerpo se transforma entonces en una celda, pero también en una suerte de búnker, donde habita el deseo de confrontación y de búsqueda de otra forma de vida. Con facilidad, casi de forma natural, la sujeto podría haber caí- do en la derrota, el desencanto e incluso en el deseo de muerte; sin embargo, surge en ella una fuerza avasalladora que la lle- vará a convertirse en la batalladora, la que habita y cree en la escritura, “vivo en las letras” (24), un soporte vital desde el que asume la no pertenencia de su transitar. P.32 P.P. / Nº7 2017

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=